03 mayo 2008

El TNC estrenará en el 2009 una obra de Mankell crítica con las oenegés



'Antílopes' denuncia la superioridad y falta de integración de los cooperantes europeos en África
"Somos incapaces de tratar de tú a tú" al continente negro, resume la directora del montaje.

Magda Puyo


El azote del escritor Henning Mankell (Estocolmo, 1948) al colonialismo seudohumanista --vía oenegés-- de los europeos en África llegará la próxima temporada al Teatre Nacional de Catalunya con la adaptación de su obra teatral Antílopes. Magda Puyo dirigirá el montaje, que supondrá el debut del dramaturgo sueco en la escena catalana.Aunque son las peripecias detectivescas de Kurt Wallander las que le han dado fama mundial, el autor de Cortafuegos tiene en su currículo otras excelentes novelas y piezas teatrales, muchas de ellas ambientadas en África, continente que conoce a fondo ya que desde hace varios lustros reside la mitad del año en Mozambique, donde dirige el teatro nacional Avenida de Maputo. Su último libro, Moriré, pero mi memoria sobrevivirá --un grito desgarrador contra la epidemia del sida--, partió de su encuentro con una niña ugandesa huérfana.Ha sido Sergi Belbel, director artístico del TNC y gran admirador del autor sueco, quien le ha querido abrir las puertas de la escena catalana. "Mankell es un dramaturgo excelente, y siempre ha flirteado con el teatro, pero esta es una faceta que la gente desconoce, sobre todo en este país", subraya el director y también dramaturgo. "Será la primera vez que una obra suya se representa en Catalunya".

COOPERANTES Y AMOS

En Antílopes, en cuyo texto está trabajando también el traductor, poeta y dramaturgo Feliu Formosa, Mankell denuncia la cooperación que enmascara una nueva forma de colonialismo. "Más que criticar propiamente el trabajo de las organizaciones, critica el sistema, las relaciones entre Europa y África, y ese sentido de superioridad nuestro. Pero lo hace con mucha elegancia, y hasta con humor. También retrata la ingenuidad de los que van cargados de ilusiones a ayudar a los negritos", apunta Belbel.En la trama, un matrimonio de cooperantes de mediana edad, ante la llegada de un joven sustituto, hace balance de la década pasada en el país africano. "Es una pieza sencilla de tres personajes. A través de las vivencias de esa pareja, Mankell evidencia cómo los que van allí a trabajar no renuncian a su vida y costumbres europeas. Se llevan hasta los muebles de Ikea, no se integran", aduce el director.

ACTITUD COMPASIVA

Para Magda Puyo, que actualmente dirige en el Romea Espectres, de otro autor nórdico, Henrik Ibsen, el texto incide en "los conflictos entre los europeos y un continente del que nos hemos hecho los amos económicos y al que tratamos con una actitud compasiva, de piedad. Somos incapaces de tratarlos de tú a tú. No estamos preparados para relacionarnos con ellos"."La obra --desvela Puyo-- es bastante obsesiva. Trata esa frustración, la incapacidad de ser humanos, y lo hace con algunas pinceladas de thriller, de terror, de surrealismo". A su juicio, Antílopes es, en el fondo, "una crítica feroz" a las oenegés que trabajan en África.


IMMA FERNÁNDEZ
BARCELONA




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