Si no tienes este cómic, falta tiempo para conseguirlo en tu tienda habitual.
David Lapham, autor de la esencial “Balas Perdidas”, realiza un trabajo magnifico y rinde homenaje al género negro.
Mátame, es un cómic, pero podía ser una película, una novela.
Te engancha y no te suelta, te hace cómplice, asesino.
Ya en su introducción, deja claro lo que te has llevado a casa.
“Aunque es posible que exista un universo poblado de pensamientos felices y campos floridos, en el género negro los aspectos más oscuros del ego emergen y son vomitados al mundo. El género negro no retrata la realidad en la que vivimos, sino una fantasía en la que todas las lindezas e inhibiciones de la civilización son extirpadas y la verdad sale a relucir. Los miedos y los deseos más oscuros reptan fuera de las almas de los personajes y se nos revelan como una tragedia griega de bajo presupuesto. Al final, la naturaleza de cada uno de los protagonistas le conducirá a su ineludible destino. Ninguno hace borrón y cuenta nueva. Nadie escapa del círculo.
En las películas de género negro que se rodaron en 1930 hasta mediados de los 50 abundan este tipo de personajes. El enemigo público, El halcón maltes, El tercer hombre, Encuentros en la noche, El extraño amor de Martha Ivers, Gilda, Manos peligrosas, El beso mortal, etcétera. Son películas a las que me he vuelto adicto y que han supuesto una gran inspiración para éste libro. Y no olvidemos las novelas de James M. Cain, Jim Thompson y el gran Dashiell Hammett, pero son las películas lo que más me ha seducido.
Con la mayoría de filmes de aquella época, incluso las más flojas se dejan ver y resultan tremendamente entretenidas. Además de poseer un ritmo sólido y contar con la presencia de las grandes estrellas, las películas noir de bajo presupuesto son grandiosas porque presentan una realidad potenciada donde las pasiones queman, las sombras caen y las mujeres son hermosas ( y generalmente letales). Son filmes tenebrosos y siniestros, pero muy frescos.
Hoy en día, nos hemos vuelto tan sofisticados que confundimos lo inteligente con lo complejo, la realidad con la autenticidad. Se introducen giros arguméntales dispuestos para sorprendernos, tanto da que tengan sentido o no. Se puede enseñar todo, de modo que se enseña todo y se olvida que tan importante es lo que no se muestra como lo que sí. A menudo, estas antiguas películas estaban constreñidas no ya por los presupuestos, sino por normativas y censores. Pero de algún modo, se las arreglan para transmitirlo todo. La represión se convierte en subversión. El horror verdadero queda bullendo en nuestros cerebros. Con todo esto en mente, me senté a escribir “Mátame”. Mi intención era capturar la atmósfera del pasado al tiempo que creaba algo estudiadamente moderno”. (David Lapham, Los Angeles 2001).
David Lapham, autor de la esencial “Balas Perdidas”, realiza un trabajo magnifico y rinde homenaje al género negro.
Mátame, es un cómic, pero podía ser una película, una novela.
Te engancha y no te suelta, te hace cómplice, asesino.
Ya en su introducción, deja claro lo que te has llevado a casa.
“Aunque es posible que exista un universo poblado de pensamientos felices y campos floridos, en el género negro los aspectos más oscuros del ego emergen y son vomitados al mundo. El género negro no retrata la realidad en la que vivimos, sino una fantasía en la que todas las lindezas e inhibiciones de la civilización son extirpadas y la verdad sale a relucir. Los miedos y los deseos más oscuros reptan fuera de las almas de los personajes y se nos revelan como una tragedia griega de bajo presupuesto. Al final, la naturaleza de cada uno de los protagonistas le conducirá a su ineludible destino. Ninguno hace borrón y cuenta nueva. Nadie escapa del círculo.
En las películas de género negro que se rodaron en 1930 hasta mediados de los 50 abundan este tipo de personajes. El enemigo público, El halcón maltes, El tercer hombre, Encuentros en la noche, El extraño amor de Martha Ivers, Gilda, Manos peligrosas, El beso mortal, etcétera. Son películas a las que me he vuelto adicto y que han supuesto una gran inspiración para éste libro. Y no olvidemos las novelas de James M. Cain, Jim Thompson y el gran Dashiell Hammett, pero son las películas lo que más me ha seducido.
Con la mayoría de filmes de aquella época, incluso las más flojas se dejan ver y resultan tremendamente entretenidas. Además de poseer un ritmo sólido y contar con la presencia de las grandes estrellas, las películas noir de bajo presupuesto son grandiosas porque presentan una realidad potenciada donde las pasiones queman, las sombras caen y las mujeres son hermosas ( y generalmente letales). Son filmes tenebrosos y siniestros, pero muy frescos.
Hoy en día, nos hemos vuelto tan sofisticados que confundimos lo inteligente con lo complejo, la realidad con la autenticidad. Se introducen giros arguméntales dispuestos para sorprendernos, tanto da que tengan sentido o no. Se puede enseñar todo, de modo que se enseña todo y se olvida que tan importante es lo que no se muestra como lo que sí. A menudo, estas antiguas películas estaban constreñidas no ya por los presupuestos, sino por normativas y censores. Pero de algún modo, se las arreglan para transmitirlo todo. La represión se convierte en subversión. El horror verdadero queda bullendo en nuestros cerebros. Con todo esto en mente, me senté a escribir “Mátame”. Mi intención era capturar la atmósfera del pasado al tiempo que creaba algo estudiadamente moderno”. (David Lapham, Los Angeles 2001).
Steven Rusell encuentra a su esposa ahorcada del ventilador del techo de su casa.
En el bolsillo de ella una nota de suicidio, en que se lamenta de los años de tristeza y dolor que ha pasado junto a él.
¿Pero realmente es un suicidio?. La policía así lo considera.
Sin embargo la familia adinerada de la fallecida tiene otra teoría al respecto y no quiere dejar las cosas como están, hasta que Steven pague por su crimen.
Trama muy bien trazada y que te deja un sabor de boca que no olvidarás nunca.
MÁTAME
DAVID LAPHAM
LA CÚPULA 2005
260 PÁGINAS
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