07 marzo 2007

Feria del Libro de Santa Clara (Cuba)


Rebeca Murga firmando ejemplares de su obra "La Enfermedad del Beso"



Como es práctica hace ya unos años, después de finalizada la Feria Internacional del Libro de La Habana, esta se desplaza a otras ciudades del país, cubriendo prácticamente toda la geografía nacional desde occidente hasta oriente.
Si es cierto que en estas versiones provinciales es prácticamente nula la presencia de autores y editoriales extranjeras, y que algunos de los libros presentados en La Habana no llegan a algunas provincias, también lo es que estas constituyen un paliativo para aquellos (la mayoría de los cubanos interesados en la lectura) que residen fuera de la capital.
Este año en la provincia de Villa Clara se sumaron a la capital provincial la norteña ciudad de Sagua la Grande y el montañoso municipio de Manicaragua, como subsedes de la feria.Lo que más me llamó la atención de estos días de Feria en Santa Clara fue la destacada presencia de la literatura policial y negra en sus variantes más populares: la novela y el testimonio. También de la literatura de asunto marginal que tanto se acerca, y algunas
veces se confunde, con la literatura negra.
Es de destacar cómo para este año la colección El Dragón se lavó la cara y con un nuevo formato y diseño mucho más atractivo nos trajo tres títulos: Predilección por la miel, un clásico de H.F. Heard (1889-1971) que ya había sido publicado antes por esta misma colección en sus ediciones de los años setenta, y La cuchilla de Donald Westlake y Obligaciones del hueso de Dick Cluster, un par de autores norteamericanos contemporaneos que por primera vez se presentan al público lector cubano.
También las editoriales Letras Cubanas y Capitán San Luis apostaron este año por la literatura criminal de calidad de producción nacional publicando respectivamente reediciones de las novelas de Daniel Cavaría El rojo en la pluma del loro y La sexta isla.
Es indudable que la novela social lationoamericana es parienta cercana de la novela negra. En muchos casos el parentesco las hermana de forma tal que es imposible desligar, ya no distinguir, la intención social del género negro. La colección Orbis de la editorial Arte y Literatura trajo a esta feria una serie de títulos que así lo demuestran.Tengo miedo torero, del chileno Pedro Lemebel es un libro intenso. La trama ocurre en el Santiago de Chile de 1986. Transcurren días de barbarie cuando el maripozuelo La Loca del Frente, la loca master, protagonista de la novela, conoce al bello Carlos. Es este un libro maldito y virtuoso con una historia que se afirma en las dos
obsesiones de La Loca del Frente: eliminar al dictador y tener junto al suyo el cuerpo hermoso del amante.
El molino, obra del autor brasileño Alexandre Santos es una novela que ubica su historia en un complot de las grandes fuerzas mundiales para establecer un nuevo dominio sociocultural y económico del mundo. Esta novela resulta definitivamente una denuncia a todos aquellos que pretenden mantener a los pueblos del mundo bajo su opresión y bajo la tiranía del silencio.
Un hilo rojo es el título de la novela de la autiora argentina Sara Rosemberg. Esta novela nos narra la vida de Julia Berenstein, una militante desaparecida durante los años de la violenta dictadura argentina. Un viejo amigo de la infancia trata de reconstruir la trayectoria de la vida de Julia para un posible documental. La novela es un constante dialogo con el lector sobre una etapa de la historia de América que siempre precisa ser rememorada.



En El que tiene sed, novela del argentino Abelardo Castillo, su protagonista el escritor Esteban Expósito, se debate entre la angustia y las culpas cotidianas en la búsqueda de lo inexistente y asiste a su propia degradación que lo llevará a las salas de un manicomio.
De Juan Villoro es la novela El disparo de Argón. Esta novela coloca en justa medida los elementos del thriller y la mirada inteligente y sensible con que asoma la ciudad. Un México contemporáneo visto desde una clínica oftalmológica en la que es más importante vender córneas que salvarlas.
Para terminar con su oferta, Orbis, de Arte y Literatura, nos regaló, a muy buen precio, Los enanos, única novela del Premio Nobel Harold Pinter.
Otra de las agradables sorpresas de esta feria fue encontrar en los estancos una novedad en Cuba del escritor malagueño Juan Madrid, se trata del volumen que incluye tres novelas breves de aventuras bajo el título de Los piratas de Ranghum, y que además de esta novela contiene En los mares de China y El fugitivo de Borneo.
Quiero destacar también la aparición en esta feria de la ópera prima en el género polcial del joven novelista cubano Arnaldo Munoz, con el título de Horizontes de las tres lunas. Esta es el resultado de la gestión editorial de Ediciones Extramuros de Ciudad de La Habana.
La literatura testimonial tuvo dos entregas de lujo: Recuerdo de la muerte de Miguel Bonasso, por la Editorial Arte y Literatura, y un volumen que incluye Operación Masacre y ¿Quién mató a Rosendo? De Rodolfo Walsh publicado por el Fondo Editorial de Casa de Las Américas.


Esta Feria del Libro de Santa Clara sirvió también para que una autora conocida por muchos por su incursión en el relato negro, entregara al público un volumen con nueve de sus primeros cuentos. Estos, aunque de algún modo presagian los tintes oscuros de la futura obra de la autora, no son cuentos policiales, sino relatos eróticos y fueron publicados por Ediciones Capiro bajo el sugerente título de La enfermedad del beso.

Fuente y Foto: Lorenzo Lunar

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