15 noviembre 2010

PIT II: Regresará Belascoarán


Paco Ignacio Taibo II es un escritor imprescindible para entender el desarrollo de la novela negra en México. En esta entrevista habla de literatura, de política y del eventual regreso de su personaje más icónico: Belascoarán Shayne.



Guadalajara.- Paco Ignacio Taibo II es un obsesionado de la historia y de los movimientos sociales. En esta entrevista habla de literatura, de política y del eventual regreso de su personaje más icónico: Belascoarán Shayne. Esta noche ofrecerá una conferencia en el marco de la Feria Municipal del Libro Guadalajara Literaria y Diversa. La cita es a las 20:00 horas en el andador Pedro Loza (entre Hidalgo e Independencia).

Eres un amante de la historia ¿cómo has seguido las celebraciones oficiales de la Independencia y la Revolución Mexicana?

Son celebraciones frívolas, sin ningún contenido. Es terrible lo que ha pasado. Se da en un momento en el que hay una inmensa voluntad y necesidad de la gente por conversar, por discutir, por tener información sobre la historia de México. La fregadera es que todo este interés, el aparato del Estado lo ha recibido como “vamos a salir de este paquete y esta bronca que ni nos interesa, ni compartimos, ni nos apasiona”. Y eso hace que todo el circo montado no sea más que una fiesta frívola. Eso es muy terrible.

Hace poco más de cuatro años, la gente hablaba de fraude electoral y tú dijiste “a la izquierda nos quedan seis años de dulce resistencia”. ¿Cómo sientes a la izquierda mexicana?

Lo que ha pasado es que hemos sobrevivido frente a un gobierno que está empeñado en destruir el país. Un gobierno que ha embarcado al país en una guerra contra el narco que no tiene ni pies ni cabeza. Una guerra que no se preparó en términos de inteligencia. Tienes un sistema judicial podrido y un sistema carcelario hecho un desastre, con esos materiales no se va a una guerra y cuando vas, sabes que vas a perder. Pero fue una estrategia de legitimación, en donde ya van más de 30 mil muertos y donde nosotros seguimos resistiendo.

En tus libros siempre está inmerso este retrato de una sociedad enferma y corrupta. No obstante, los buenos suelen ver una luz al final del túnel. ¿Será que la justicia es posible, al menos en la fantasía?

Podrán dominar los espacios de la realidad, pero no los espacios de nuestros sueños. Es como una reflexión en donde a pesar de las friegas que nos ponen, de todas maneras nos desquitamos, aunque sea de forma simbólica. En mis novelas puedo hacer lo que quiera porque son mías. Y puedo matar a Díaz Ordaz y dar venganza a toda una generación que no pudimos vengarnos de su voluntad criminal. Es literatura y todo es posible, también la justicia de vez en cuándo, aunque a algunos no les guste.

Hablando de sueños y nostalgias, todavía hay cientos de tus lectores que suspiran por Belascoarán Shayne, ese detective lleno de defectos que lucha por causas perdidas. ¿Volverá alguna vez Belascoarán?

Ese individuo se está paseando todavía. Belascoarán anda de vacaciones y estoy seguro que algún día regresará, de eso no tengo duda. Lo que no sé es el cómo lo hará, en qué circunstancias. Lo que pasa es que después de él me costó mucho luchar por mi independencia para poder escribir otras cosas. Fue una lucha con la misma industria para poder abordar otros temas e incluso una lucha con los propios lectores. Pero Belascoarán regresa, eso ni lo dudes.

Decenas de libros de historia, decenas de ficción. Eres uno de los escritores más prolíficos. ¿Por qué escribes tanto?

Eso no tiene otra explicación más que porque soy monógamo y abstemio. Todos los escritores de mi generación eran polígamos y pedos. Estaba asociada la idea de que si realmente eras escritor, tenías que andar de paseo por cualquier cantidad de cocteles y conquistando mujeres.

¿En qué proyecto trabajas ahora?

Tengo una investigación terminada acerca de la batalla del Álamo, esa que los norteamericanos presumen tanto. Ahora empiezo el proceso de redacción. No te puedo decir cuándo acabo, pero sí que nadie se salva, como siempre.

Ignacio Dávalos
Foto: Público


http://www.milenio.com/node/576989

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