Biblioteca la Bòbila
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Ramòn Dìaz Eterovic, el magallánico creador del mítico “Detective Heredia” se ha pasado la vida jugando a los detectives virtuales, a escribir de todo y hasta a darse el lujo, detrás de un escritorio, de sobrevivir... Les cuento que tuve dudas al publicar esta entrevista en torno a si su currículo, era acaso más entretenido que ésta, pues se lo ha escrito, y se lo ha ganado todo. Lean ahora este “fusilamiento morrocotudo” al ideòlogo de “Heredia”.
¿Piensas que el lector desaparece, que nos han ganado las pantallas, y será un bicho raro en poco tiempo al igual que los escritores, como opina Philip Roth?...
"El libro tiene una magia que lo hará sobrevivir a todos los tiempos, aunque los lectores terminen arrinconados en una caverna, reducidos a una cofradía perseguida, como anticipa Ray Bradbury en su novela Fahrenheit 451".
¿Y qué del maletín literario?
"Es una buena iniciativa, pero insuficiente para enfrentar la pérdida del hábito lector del chileno. Hoy en día el libro está desplazado del interés de la mayoría de las personas, ya sea por falta de dinero, por falta de motivación o porque está a merced de la banalidad que promueven los medios de comunicación. Para que eso se revierta se requiere fomentar la lectura desde muchos ángulos. Desde la educación, desde luego; desde el precio de los libros que deberían venderse sin impuestos, como ocurre en la mayoría de los países que valoran la importancia del libro; desde la televisión que debería ayudar a promover la lectura, y desde las propias familias, siguiendo la vieja máxima de que padres que leen forman hijos lectores. La pregunta que debemos hacernos es si nos interesa o no el libro y, a partir de eso, generar políticas eficientes y amplias para su difusión. La misma pregunta debemos hacerla en el ámbito personal y familiar. ¿Nos interesa el libro? Y si me interesa, qué hago para que mis hijos lean, más allá de reclamar por el costo que tienen o por la falta de tiempo".
¿Del Fondart, de los Premios "nepotistas", tienes un feeling?
"Más allá de los reclamos que siempre se producen, me parece que hay que valorar la existencia de estos fondos, inexistentes años atrás y trabajar para que su entrega sea cada vez más transparente y genere el mínimo de resquemores. No se puede desconocer que muchas iniciativas culturales valiosas de los últimos años se han concretado gracias a estos fondos".
¿El Ministerio de la Cultura?
"No sé mucho lo que hace, por lo que no puedo evaluar su gestión".
¿Por qué elegiste la senda de lo policial con Heredia?
"Me interesaba hacer literatura de género, algo poco explorado en Chile, tanto en lo policial como en la ciencia ficción y, además, andaba buscando un punto de vista para retratar la sociedad chilena que entonces, cuando nace Heredia en el año 1987, y ahora tiene muchos elementos de una novela negra en tiempo real".
¿La novela negra lleva aparejada una protesta, una reacción literaria contra el autoritarismo, tal como ocurrió con los argentinos en épocas de dictadura?
"La novela negra siempre supone una crítica social, un cuestionamiento al uso y abuso del poder, sea este político, económico, individual o corporativo. Por eso muchos sostienen que la novela policial es la novela social de nuestro tiempo". Una literatura que, como decía Raymond Chandler, se preocupa de descubrir “la mugre que se esconde bajo las alfombras”.
Lo has repetido, incluso en el lanzamiento de "Río Arriba", tu norte, al leer o escribir una novela policial, no es la intriga ni la resolución de un caso, sino la soledad y los desarraigos implícitos, también las bambalinas sicológicas de los personajes...
"Más que la intriga, me interesan los personajes y los ambientes, requisitos que por lo demás están presentes en toda novela, de cualquier tipo. El simple enigma es una veta agotada; en cambio la reflexión sobre nuestra sociedad es un camino tan necesario como infinito".
Hay una búsqueda de la verdad en Heredia, un detective "cotidiano" como podría serlo cualquiera..un ser humano, un pretexto de Díaz Eterovic para desnudar al chileno medio o "ABC3"...
"Lo que he hecho con mis novelas es construir una crónica social de nuestro país en los últimos 30 o 35 años, y dentro de esa crónica, hacer algunas preguntas y tratar de establecer algunas verdades me parece algo esencial. Me interesa mostrar distintos aspectos del país real y dentro de eso, por cierto, de las personas que viven en él".
Llenas de humanismo tus novelas, ¿están acaso inspiradas en cuanto a lo que persiguen escritores como Chandler y otros?
"Nadie escribe de la nada, y sin duda autores como Chandler, Simenon, Vázquez Montalbán y tantos otros maestros más del género policial son referentes importantes para todos los autores que abordan el género policial. Pero, a partir de esas referencias, he creado un detective que es nuestro, que recoge características de cualquier chileno y se preocupa de temas fácilmente reconocibles para cualquier lector".
¿Por qué Heredia y no Ramírez, por ejemplo, (como apellido)?
"Andaba buscando un apellido que funcionara por sí solo. Heredia suena bien y lo encontré en la guía de teléfonos. Su nombre no tiene ninguna referencia con personajes o nombres de escritores".
¿Si Heredia hubiera estado a cargo de las pesquisas; lo de Anfruns, Meyer, Matute, estaría aclarado?
"Probablemente. Heredia actúa sin compromisos y sin presiones. Tampoco se habría equivocado con las investigaciones de los crímenes de Alto Hospicio, porque si algo le sobra es sensibilidad para entender y ayudar a la gente más humilde. La ventaja de Heredia es que no recibe órdenes de nadie y tampoco está condicionado por los deseos de jefes, jueces o fiscales. Se mete dónde quiere y con quién se le antoja. Es la libertad que tiene un investigador de ficción y que no sé si siempre se la puede permitir un policial de verdad".
Fíjate que la ciudadanía cree que la policía civil ha perdido la calle, al "datero", al soplón y que, al contrario, es muy científica y de escritorio ¿Qué piensas al respecto?
"Desconozco en detalles como opera la policía civil, pero no me parece mal que sea cada día más profesional, en la medida que ello implique ser más eficiente y sin dejar de lado la comprensión hacia las personas que son parte de un hecho delictual, sean víctimas o responsables. En el personaje Heredia se rescata al investigador que recorre las calles, que conversa con la gente, ya que como el mismo se define es un hombre que hace preguntas y trata de llegar al fondo de las cosas, de las motivaciones, de los sentimientos".
¿El asesino siempre es el mayordomo o no?
"El mayordomo ya no es el asesino, no al menos en las novelas que se identifican con lo que algunos autores llamamos el neopolicial latinoamericano, para referirnos a una de las expresiones relevantes en la narrativa latinoamerica de los últimos años, relacionada con la reinstalación del género policíaco como una forma literaria que es revisitada o transgredida, pero que de una u otra manera, apunta a reflexionar sobre situaciones donde la criminalidad que más conmueve a las personas no nace de arrebatos o ambiciones individuales, sino que proviene de las ocultas redes del poder político y económico, y se desarrolla en el marco de una realidad condicionada por el fomento de anti valores, por la vivencia y sobrevivencia a regímenes dictatoriales, por la caída de las certezas ideológicas y la instalación de un modo de vida que se traduce en inseguridad y miedo para la mayoría de las personas. Una atmósfera violenta que ha orientado a las narrativa policíaca latinoamericana, casi imperativamente, a ser contestataria, iluminada por la influencia de la novela negra norteamericana, pero con la fuerza y determinación necesaria para re elaborar el modelo y darle características propias, de acuerdo al medio en el que se expresa".
Cuéntanos otro perfil de Ramón Díaz Eterovic…, su lado "b"...
"Mi lado “B” es ser un tranquilo habitante de Santiago, que disfruta con su familia, sus libros, su música, sus películas, sus partidos de fútbol, sus caminatas por la ciudad, y con la alegría que le proporciona vivir en ese territorio de absoluta libertad que es la creación literaria".
¿Tu ambientación, la que le das a tus obras…es a propósito de qué?
"Se refiere a que una de mis preocupaciones es trabajar con la ciudad como uno de los personajes esenciales de mis novelas. Cuando comencé a escribir mis novelas sentía que una ciudad como Santiago estaba poco presente en nuestra novelística y me preocupe de recrear algunos de sus sectores. Con esto, además de dar un color local a las novelas, de hacerlas más cercanas a los lectores, creo estar contribuyendo al desarrollo de una memoria urbana, a fijar ciertas huellas para el recuerdo de lugares que están desapareciendo a diario. Santiago es una ciudad que se demuele a diario y nadie se preocupa mayormente de dejar testimonio acerca de lo que había tras los muros y paredes que se derriban".
¿La ficción se confunde con la realidad ¿Sí es así, dónde está el límite?...
"La ficción es una recreación de la realidad. El escritor elige ciertos elementos de la realidad y los elabora a partir de sus ideas y sentimientos para construir otra realidad".
Tu impresión de los colegas que profesan otros géneros, García Márquez, el mismo Roth, Jeffrey Archer por nombrar algunos, tienes alguno preferido...
"Soy, por sobre todas las cosas, un lector. Y en tal sentido mis escritores favoritos o que me interesan son muchos y en distintos ámbitos. Hacer una lista de mis poetas y narradores preferidos sería agotador, y por eso me limito a señalar a tres: Julio Cortázar, Charles Dickens y Juan Carlos Onetti".
¿Por qué Isabel Allende no ha ganado el Premio Nacional?
"Habría que preguntárselo a los miembros de los jurados que han concedido el premio en los últimos años. Yo creo que se lo merece, tanto como Poli Délano, Luis Sepúlveda o Guillermo Blanco, por nombrar sólo a tres narradores. Estás de acuerdo con aquello del "chaqueteo, y que el chileno triunfa afuera… Hace muchos años, José Victorino Lastarria, en su excelente ensayo “El manifiesto del Diablo” dijo que “la envidia era la principal virtud del chileno”. Desde entonces no hemos cambiado demasiado".
¿Cómo podrías auto calificar tu recorrido literario hasta ahora, qué viene?
"He publicado más de 25 libros en Chile, 15 o más en el extranjero, he dirigido revistas, obtenido algunos premios importantes, y lo principal es que tengo lectores que siguen mi trabajo dentro y fuera de Chile. ¿Qué más puedo pedir? Sólo tener la capacidad de seguir escribiendo, lejos de la fanfarria y en lo posible cada día mejor. Este año, en agosto, publico una nueva novela (“La oscura memoria de las armas”), estoy trabajando en otra (“La muerte juega a ganador”), y tengo varios otros proyectos en mente, con y sin Heredia en el protagonismo. Lo único que necesito es tiempo".
Eres tal como me lo dijiste un empleado administrativo (¿o no?) ¿Ws la literatura para ti una suerte de frustración disfrazada?
"Estudié en la Universidad de Chile y soy Administrador Público de profesión y ejerzo como tal. La literatura no es un disfraz de nada. Es lo que da sentido a muchas de las cosas que hago y en la que he encontrado todas las realizaciones que un escritor puede esperar, partiendo del hecho de ser capaz de escribir libros que logran conmover e interesar a sus lectores".
Dado el nivel de la literatura en Chile ¿A quiénes nombrarías como "de culto"?
"Jorge Teillier, Enrique Lihn, Roberto Bolaño son autores de culto, entre otros. Autores que son leídos, estudiados y amados por muchos lectores. Autores que llaman la atención por sus obras y también por sus vidas".
Respecto de la novela policial en Chile... Expláyate; "Guaiquimán y Tolosa" ¿es un síntoma del ridículo?, por ejemplo.
"La novela policial en Chile, hasta los años 80 del siglo XX tuvo un desarrollo discontinuado, en el que el sobresalen autores como Alberto Edwards, Camilo Pérez de Arce, Luis Enrique Délano, René Vergara, L. A. Isla y algunos pocos más. Todos ellos escriben desde una perspectiva clásica, la del crimen a la inglesa, de cuarto cerrado, con detectives que se las saben todas. A partir de los años 80, el género experimenta lo que yo llamo una reinstalación en la narrativa chilena, producto de la aparición de un número significativo de autores que elaboran sus obras, o parte de ellas, a partir de los códigos de la novela policial. Aparecen otros tipos de investigadores, que no siempre son detectives, y que tienen un sello más vital. Entre los autores que han escrito novela policial o negra en los últimos años se puede mencionar a Poli Délano, Antonio Rojas Gómez, Roberto Ampuero, Mauro Yberra, Bartolomé Leal, Carlos Tromben, José Gai, Eduardo Soto, José Román, Jaime Collyer, Gabriela Aguilera, Luis Sepúlveda, Eduardo Correa, Sergio Gómez, Roberto Bolaño, y algunos más cuyos nombres no recuerdo en este momento. La simple mención de todos estos nombres implica que estamos frente a un género literario vivo, que se renueva y que tiene muchos adeptos entre sus lectores. En cuanto a la serie de T.V. que mencionas, es un acercamiento al género policial en tono de comedia que tiene sus mejores méritos en las buenas actuaciones de sus protagonistas".
¿Por qué tu carrera no se ha desenvuelto en el extranjero?
"Mis libros están publicados en ocho países europeos y algunos latinoamericanos, con buena acogida crítica y entre los lectores, y eso es mucho más de lo que logran la mayoría de los autores chilenos. Y por lo demás, no estoy en ninguna carrera. Escribo por placer, y aunque no pudiera publicar ninguno de mis libros, igual escribiría".
¿Cuál es tu impresión del Chile de hoy ¿Hay mucha brecha? ¿Cuál es tu grado de compromiso?
"El problema de Chile es la desigualdad en el reparto de recursos y de oportunidades. A eso le sumo la falta de una democracia real y el exceso de banalidad que promueven los medios de comunicación. No es un país grato, pero es el que tenemos y por el cual hay que luchar para que sea mejor. Mi compromiso está en lo que escribo, en los temas que abordo, en tratar de ser un resistente a las injusticias y a las mentiras. Yo por lo menos le creo...