El Gran Arresto de Ken Bruen

“Todos nosotros, que empezamos con mal pie, que deseábamos tanto y obtuvimos tan poco, que con tan buenas intenciones, tan mal acabamos… Todos nosotros” Jim Thompson

“Al igual que un mal actor, la memoria siempre se decanta por el efectismo” James Sallis

Estas son frases, como unas cuantas más, que dan comienzo a algunos capítulos de este libro, esto nos indica claramente hacía donde se quiere dirigir el autor. Todo es caótico en la comisaria, se acumulan casos de extorsión, de brutalidad policial y amenazas. Cosas que naturalmente quieren erradicar las nuevas autoridades. Los responsables son dos individuos canallas, que bajo el término de R & B – el inspector Roberts y el sargento Brant – se pasan de largo la normativa civilizada que representa llevar una placa.

Necesitan algo, para poder salir de ese enorme pozo sin fondo, un gran arresto, que los ponga en circulación de nuevo ante los medios y que hagan callar a esos idiotas que los quieren ver poniendo multas de tráfico.

En el Sudeste de Londres, aparece un asesino en serie que se está cargando poco a poco a los miembros del equipo inglés de críquet, su nombre el Árbitro. En Brixton, no obstante se está produciendo un caso en que unos llamados “vigilantes” se toman la justicia por su mano y han asesinado y colgado de unas farolas a traficantes de droga.

Bruen, conocido en nuestro país por las dos novelas de Jack Taylor, nos entrega su primera obra de esta pareja tan singular: corrupta, machista, violenta y esperpéntica. Eso sí, el humor negro y ácido nos acompañará desde la primera página.

Pàmies nos abré las puertas de esta serie de novelas con “Un Gran Acierto”.

Por José Andrés Espelt