El espionaje en la literatura nos viene desde el principio de los tiempos, lo que si tenemos que tener en cuenta es que vivió su momento más representativo debido a la información que generó la denominada guerra fría, entre EEUU y URSS. Durante los años de la post-guerra llegó su época dorada y muchos escritores se lanzaron a escribir sus mejores obras y se aplicó un estilo propio de escribir y a un personaje clave: el espía.
Y es que espiar es un reflejo del ser humano, por eso el autor Charles McCarry con su novela da cuenta de ello.
A un ritmo totalmente diferente de cualquier trama, va generando una historia a base de informes, conversaciones y mensajes interceptados; así mismo se vale de las diferentes agencias con servicios secretos para investigar a un individuo Tadeusz Miernik.
Pero, nadie sabe lo que se esconde tras la máscara de dicho personaje. De origen polaco; éste se encuentra en una situación un tanto complicada ya que está a punto de perder la protección del gobierno suizo, y por supuesto no pretende regresar a su país ya que correría demasiados riesgos. Gracias al agente americano, Paul Cristopher, decide realizar una pintoresca aventura a cambio de obtener un pasaporte que le ayude a poder moverse sin problemas.
El viaje en Cadillac hasta Sudán junto a varios agentes internacionales: el británico Nigel Collins y el Principe Kalash, resultará un torbellino de conflictos y emociones.
Antes, rescataran a la hermana de Tadeusz, Zofia. Ella se embarcará con ellos junto a otra mujer Illona. A través del desierto, Paul Cristopher descubrirá las identidades y secretos de Miernik y de todos sus acompañantes.
Recogidas las pruebas finales, le surgirá una pregunta en su cabeza, quien demonios es Miernik.
Nos encontraremos con guerrillas frustradas, secuestros y todo lo necesario para mantener al lector atento a todos los movimientos de los servicios secretos en pleno apogeo.
Y es que espiar es un reflejo del ser humano, por eso el autor Charles McCarry con su novela da cuenta de ello.
A un ritmo totalmente diferente de cualquier trama, va generando una historia a base de informes, conversaciones y mensajes interceptados; así mismo se vale de las diferentes agencias con servicios secretos para investigar a un individuo Tadeusz Miernik.
Pero, nadie sabe lo que se esconde tras la máscara de dicho personaje. De origen polaco; éste se encuentra en una situación un tanto complicada ya que está a punto de perder la protección del gobierno suizo, y por supuesto no pretende regresar a su país ya que correría demasiados riesgos. Gracias al agente americano, Paul Cristopher, decide realizar una pintoresca aventura a cambio de obtener un pasaporte que le ayude a poder moverse sin problemas.
El viaje en Cadillac hasta Sudán junto a varios agentes internacionales: el británico Nigel Collins y el Principe Kalash, resultará un torbellino de conflictos y emociones.
Antes, rescataran a la hermana de Tadeusz, Zofia. Ella se embarcará con ellos junto a otra mujer Illona. A través del desierto, Paul Cristopher descubrirá las identidades y secretos de Miernik y de todos sus acompañantes.
Recogidas las pruebas finales, le surgirá una pregunta en su cabeza, quien demonios es Miernik.
Nos encontraremos con guerrillas frustradas, secuestros y todo lo necesario para mantener al lector atento a todos los movimientos de los servicios secretos en pleno apogeo.
Paul Cristopher es el personaje principal de todas las novelas de espionaje del autor.
Por José Andrés Espelt
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