08 enero 2008

Siga la huella negrocriminal


En esta librería de Barcelona, a nadie se le escapa el "móvil del crimen"

SILVIA ISABEL GAMEZ

AGENCIA REFORMA

MÉXICO, DF


Existe un rincón en Barcelona donde los autores del género negro, asesinos de papel, no temen dejar su huella. Junto al quicio de esa puerta sonríen con impunidad desde John Connolly hasta Leonardo Padura, Juan Marsé, Petros Markaris y, cómo no, Paco Ignacio Taibo II.

Eso sí, toda esta secta lleva puesta una camiseta tan oscura como el mundo que retratan: la de la Librería Negra y Criminal.

"Los escritores y escritoras negrocriminales son buena gente", dice el propietario, Paco Camarasa. "Están acostumbrados a ser ninguneados por los críticos y apreciados por sus adictivos lectores".Iguales en el trato, lo que cambia es su literatura.

A ellas no les gusta la violencia excesiva. "Hannibal no podría haber sido creado por una mujer", afirma sobre la novela de Thomas Harris.Un dato curioso, apunta, es que salvo la española Alicia Giménez Bartlett y la rusa Alexandra Marinina, las europeas prefieren que sus personajes policía sean hombres: P.D. James, Ruth Rendell, Donna Leon, Fred Vargas, Dominique Manotti...

Además, excepto en Francia, las autoras que viven junto al Mediterráneo han decidido no mojarse en los mares negrocriminales por aquello de que el género es "cosa de hombres".
NyC se fundó en diciembre de 2002, y su página web (www.negraycriminal.com) abrió el 27 de mayo de 2003, fecha en que se cumplía el 109 aniversario del nacimiento de Dashiell Hammett.


En la librería real, un Bogie de cartón piedra y gabardina --Humphrey Bogart en su mejor papel-- advierte cigarrillo en mano que "queda totalmente permitido fumar". Colgado del techo aparece el "móvil del crimen", hecho con dólares, naipes, frascos de veneno...

Ahí, en la Calle de la Sal 5, en plena Barceloneta, Camarasa y su esposa, Montse Clavé, atienden a los negromaniacos entre música de John Coltrane y Billie Holiday, y una cazuela de mejillones los sábados --por aquello de la concha negra-- casi siempre... "sin arsénico".

Lo mismo en la Europa de la cerveza (del norte), como en la del vino (del sur), advierte Camarasa, la literatura negrocriminal tiene como protagonistas a policías honestos, al servicio de la ley.

"La corrupción se limita a las grandes empresas y al terrorismo de Estado", dice el también comisario del encuentro BCNegra, dedicado al género.Y para demostrar que domina el tema pregunta: "¿Se imagina un policía honesto en México o en Buenos Aires? Eso sería una novela de ciencia ficción, y no negrocriminal".

Al cabo mortal, esta secta también experimenta el miedo. Teme que los libros pierdan lectores, aunque Camarasa se declara optimista.

"La novela negrocriminal ha recogido la antorcha de la novela realista y crítica del siglo pasado. En este mundo globalizado, de cambios vertiginosos, es una novela que plantea interrogantes, aunque no tenga las respuestas".

NyC, la única librería de España "orgullosamente" dedicada en exclusiva al género, ofrece en su fondo no sólo novela negra, de intriga y policial; hay crónica, diccionarios, libros sobre crímenes reales y también de segunda mano.Si lo requiere, puede ejercer incluso de detective para seguirle la pista a un título codiciado.

Y no tema que, para NyC, no hay fronteras; es posible contratar en México sus criminales servicios.


PARA ABRIR BOCA


Iníciese en el género negrocriminal con estas recomendaciones de Paco Camarasa:


--Novela negra clásica: "La llave de cristal", de Dashiell Hammett; "El largo adiós", de Raymond Chandler, y "1280 almas", de Jim Thompson

--Actual: "Total Khéops", de Jean Claude Izzo; "La neblina del ayer", de Leonardo Padura, y "Noticias de la noche", de Petros Markaris.

--Novela criminal o de intriga clásica: "El asesinato de Roger Ackroyd", de Agatha Christie; "Trampa para una cenicienta", de Sebastien Japrisot, y "El misterio del Bellona Club", de Dorothy L. Sayers.

--Actual: "El pecado original", de P.D. James; "El psicoanalista", de John Katzenbach , y "No se lo digas a nadie", de Harlan Coben.




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