¿Quién es Erlendur Sveinsson? Quizá, el inspector más atribulado de Reykjavík. Lo atormenta el recuerdo de su hermano, que desapareció de niño, la soledad y la incomunicación que lo separa de su hija, tocada por la adicción a las drogas. ¿Deprimente? Sí, bueno, pero también lírico, fascinante psicológicamente y 'noir' a más no poder.
El creador de Sveinsson, el islandés Arnaldur Indridason, es el gran hombre del momento en el mundo de la novela negra escandinava. Ahora, cuando publica 'El hombre del lago' (editado por RBA en España), Indridason concede a EL MUNDO, es su única entrevista en varios meses.
La Historia, con mayúsculas
El creador de Sveinsson, el islandés Arnaldur Indridason, es el gran hombre del momento en el mundo de la novela negra escandinava. Ahora, cuando publica 'El hombre del lago' (editado por RBA en España), Indridason concede a EL MUNDO, es su única entrevista en varios meses.
La Historia, con mayúsculas
"El pasado nos acompaña siempre y lo que ocurre en el pasado ejerce una gran influencia en el presente. La mayoría de nosotros no quiere vivir en el pasado pero mi policía, Erlendur, sí que vive allí en gran medida. La Historia desempeña un papel fundamental en Islandia pero lo que a mí me gusta explorar es la conexión entre dos períodos de tiempo, el pasado y el presente, e investigar el concepto de tiempo, es decir, qué es el tiempo, cómo funciona, quiénes somos nosotros en un momento determinado y en otro. Éstas son las cuestiones a las que a Erlendur le gusta dar vueltas y más vueltas obsesivamente".
Un tal Erlunder
"Mis escritores preferidos de novela negra son Sjöwall y Wahlöö, y también me gusta un detective de la televisión escocesa llamado Taggart, pero yo creo que Erlendur surge fundamentalmente de Islandia. Cuando me puse a escribir sobre él por primera vez, tuve el pálpito de que, en cierto sentido, tenía que ser muy islandés. Por supuesto, no tengo ni idea de lo que significa ser muy islandés, puede ser cosas muy diferentes, supongo, pero Erlendur ha terminado siendo un solitario tras haber tenido en el pasado una experiencia familiar muy poco satisfactoria. Ahora bien, es muy buen tipo, un colega de lo más decente, un policía estupendo que comprende el sufrimiento de los demás porque también él ha sufrido lo suyo. Está preocupado por el idioma islandés, por la evolución que ha seguido la sociedad islandesa, que quizá ha pasado demasiado rápidamente de ser una sociedad rural muy pobre a una sociedad moderna muy rica (ahora, en quiebra). En estos procesos de cambio siempre hay quienes se quedan atrás, y él es uno de ésos".
El maltrato a las mujeres
"No creo que se trate de un problema más extendido en Islandia que en otros países de Europa. Aquí padecemos todo tipo de delitos y ésos son unos más entre tantos. Lo que ha cambiado en los últimos años es que el debate acerca de estos delitos es más abierto y está más tolerado y que estamos esforzándonos cada vez más en conocerlos y afrontarlos. Ahora hay lugares de acogida para mujeres y todas esas cosas".
¿Autorretrato?
"Erlunder y yo tenemos algunas cosas en común. También a mí me gusta leer libros sobre personas que, con malas condiciones meteorológicas, se quedaban atrapadas en las montañas en los viejos tiempos. Frecuentemente estoy en desacuerdo con él. Lo entiendo en algunos aspectos, pero no en otros. Si tuviera que entenderlo siempre al 100%, a lo mejor es que entonces habría llegado el momento de que me dedicara a alguna otra cosa".
¿Un poco sombrío?
"No hay casi nada de interesante en la felicidad. Si Erlendur fuera un hombre felizmente casado, con cuatro hijos estupendos, una mujer estupenda, una bonita casa y dos coches en el garaje, yo no sabría qué escribir sobre él. No sabría nada de él en absoluto. En fin, la cuestión está en escribir sobre cosas interesantes, sobre aquello que nos hace sufrir, o compadecernos de los demás, o llorar, o escuchar canciones tristes, sobre lo que nos lleva a querer ayudar a los demás".
Islandia, un escenario en crisis
"En mi opinión, los islandeses han demostrado en los dos últimos años que tienen una capacidad enorme de criticarse a sí mismos, pero a mí me parece que más importante que el escenario o que la sociedad son los personajes. No importa dónde se desarrolla la historia sino que los personajes sean creíbles. Por supuesto, Islandia es para mí un escenario magnífico, pero todos mis argumentos se mueven mucho más a impulsos de los personajes y a mí, personalmente, me gusta echar el resto en la caracterización [de los personajes] para que todo lo demás pueda encajar en su lugar".
"Ya veremos qué ocurre con Islandia. Tengo la impresión de que el batacazo económico va a tener una influencia duradera en todo, en lo más importante y en lo menos importante, que nos ocurra en los próximos años".
Guerra fría y socialdemocracia
"Quería escribir una novela de espionaje en Islandia. No tengo ni idea de si hubo espías en Islandia durante la Guerra Fría, pero tenía ganas de comprobar si yo podía inventarme uno, así que escribí la historia de ese joven idealista de ideas socialistas que se marcha a la Alemania del Este en los años cincuenta, lleno de maravillosas ideas acerca del estado socialista, para descubrir que a lo mejor no todo es lo que parece".
"No soy político, pero a mí me parece que, aun cuando las ideas socialistas hayan terminado siendo una pesadilla, hay cosas en ellas de las que hoy día nos estamos beneficiando perfectamente como, por ejemplo, la sociedad del bienestar en los países nórdicos, donde todos nos preocupamos por prestar atención a los demás, por darle a todo el mundo el derecho a una educación, por ocuparnos de los enfermos y de los ancianos y tantas y tantas cosas más".
Texto: María Fluxa / Sonia Aparicio
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/13/novelanegra/1286971484.html
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