Gran parte de esta novela de Leo Oyola transcurre algo más de una decada atrás, en visperas de las navidades del 96, en ciertos lugares muy pesados (si cabe decirlo así) de una Buenos Aires poco frecuentada por los turistas, la mayoría de los porteños y la literatura en general: la villa Puerto Apache, pegada a Costanera Sur, los barrios contiguos y otra villa del barrio de Flores, El Jabuti.
Pero no, es mentira lo que acabo de escribir. Engañoso. Porque, en realidad, Santería transcurre entre otros dos lugares, dos lugares virtuales mucho más sugestivos incluso que los feroces bordes de la ciudad: las ominosas cartas echadas sobre la mesa y la cabeza de la torrentosa narradora, Fátima Sánchez, conocida como la Víbora blanca. Y la historia, como en la mejor tradición del suspenso y el terror, comienza con el anuncio de un desenlace fatal y en apariencia ineludible que, en carrera contra reloj, ha de asumir y tratar de conjurar a la protagonista, antes de que la alcance la desgracia.
En esto, el desaforado Oyola - narrador sin red ni techo aparente - calza en el módulo clásico para hacer su aporte absolutamente genial.
Santería
Leonardo Oyola
Negro Absoluto 2008
Proximamente en toda España
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