20 julio 2010

Sangre Kosher/ Maria Ines Krimer


Creo, con regocijo y sin exagerar, que asistimos con esta novela al nacimiento de un personaje. Y no es poco. Sobre todo porque al tratarse Sangre kosher de una ficción encuadrada dentro del género policial o negro, podríamos anunciar, con cierta dosis de previsible entusiasmo, la aparición de un o una detective original. Y es cierto, pero no suficiente para definir lo que pasa.

Porque Ruth Epelbaum es mucho más que eso. Es un personaje pleno, es decir, sentimos que tiene una vida propia. Es una mina judía argentina de cierta edad que termina –se va haciendo– detective. Cuando va a la peluquería o toma té en la cocina con Gladys, la empleada; cuando su incalificable prima Lea la conecta con Chiquito Gold y le encargan localizar a la esquiva Débora; cuando encuentra un cadáver en el Tigre o conoce a un tipo en el micro a Paraná; cuando el pasado familiar, la Swi Migdal y algo que acaso le venga con el nombre de la bíblica moabita, sola y solidaria, la hace mezclarse en una historia tenebrosa. Nunca deja de ser una mina, nunca deja de estar en la Argentina de hoy, de vivir en Villa Crespo, de hacer bizcochuelos o transpirar tras el pelado juez Fontana en el gimnasio; es judía todo el tiempo y tiene los años, el cuerpo, las ganas, las amigas y los puntos que tuvo o se le cruzan a cada rato o no tanto: Ruth existe. Y existe el mundo en el que se mueve. Mérito absoluto de María Inés Krimer.




Sangre Kosher
Maria Ines Krimer
Negro Absoluto 2010

1 comentario:

HLO dijo...

Sí, supongo que estará bien porque es una judía que crea un peronaje judío -aunque no sólo por eso, supongo.
Porque cuando he visto lo de "kosher" he pensado que qué delicado era el tema.