21 julio 2010

Juan Madrid en la Semana Negra


«Este tipo de actos le ayudan a uno a pagar sus divorcios»

ÁNGEL FABIÁN GIJÓN. FOTO: JOAQUÍN BILBAO

Juan Madrid no soporta a la presidenta de la Comunidad madrileña, Esperanza Aguirre. Lo dejó muy claro durante el homenaje que ayer le tributó la Semana Negra de Gijón, aprovechando el trigésimo aniversario de la creación de su detective, Toni Romano. A sus 63 años, el autor dice que los homenajes son un síntoma de vejez pero «no me lo dan a mí, es a Romano». En todo caso, el escritor madrileño cree que estos actos «ayudan a uno a pagar los divorcios».


El escritor que llegó a ser casi un personaje de la novela viva en el día a día del barrio madrileño de Malasaña, se fue a vivir a un pueblecito de la provincia de Granada porque «no aguanto la ciudad insoportable que ha diseñado la extrema derecha. Es, en sí misma, una novela negra».
Juan Madrid asegura que el detective que ha protagonizado siete de sus libros durante las tres últimas décadas, Toni Romano Carpintero, en el próximo «trabajará en los servicios de espionaje» de la presidenta madrileña, en los que, asegura, dan ocupación «a los antiguos miembros de los servicios de información».


Confiesa que mantiene contacto con muchos de ellos y que incluso le hacen llegar sus proyectos de novelas policiacas. Sin embargo, asegura que «los policías escriben muy malas novelas. No es bastante tener experiencia» para contar buenas historias del género policiaco. Juan Madrid dice que estos policías le «dan información sobre los corruptos que ahora trabajan en servicios de información no oficiales».


Es muy crítico también hacia la prensa y explica que «estas cloacas ahora no las cuenta nadie» y asegura que algunos escritores de género negro, que intervienen desde la literatura en los temas político-sociales, «existimos porque la prensa ya murió o solo quedan algunos pequeños nichos» de ella.


Juan Madrid se considera un «sobreviviente» de una generación literaria que, con Manuel Vázquez Montalbán, Andreu Martín, Julián Ibáñez o Francisco González Ledesma, «hemos violado a una doncella a la que no se podía tocar: la literatura. Todos tenemos una concepción de ella para interactuar con la historia, interviniendo mediante este instrumento, para acabar con la literatura de los discursos cínicos».


Considera que la novela negra debe tener «una mirada distinta al discurso oficial del poder. Es una de sus funciones. Es un medio que utilizo para contar las historias que quiero y debo contar», dijo. Cree que la literatura policiaca se pone de moda en épocas de crisis, como ésta, porque «responde al miedo de la burguesía conservadora a quienes ha creado para defenderse de la plebe: los policías y el aparato jurídico».


Explica que ésa es la razón por la que «históricamente, el género nace en torno a los detectives privados, a los que esta gente contrataba a principios del siglo XX para protegerse. Ahora, la burguesía está contenta con la Policía, por lo que son policías casi todos los héroes de las novelas. Se fían de ellos».


http://www.elcomerciodigital.com/v/20100718/cultura/este-tipo-actos-ayudan-20100718.html

No hay comentarios: