Hay lectores que no somos imparciales, tenemos nuestros autores preferidos y aunque este se dedique a hacer el pino, le aplaudimos.
Pero en esta serie de relatos de nuestro querido Francisco González Ledesma, me he llegado a emocionar leyendo. En estos se encuentra todo lo que representa la vida, el reloj que nos hace mover, los sentimientos que malgastamos porque somos unos absolutos egoístas.
Méndez, nos da una lección de humildad, y cuando lees la tapa trasera “Fracasado, olvidado y tronado” disientes totalmente, y cambiarias automáticamente dichos adjetivos, por un sustantivo “persona”.
En las veintidós historias inéditas, publicadas principalmente en Francia, la melancolía nos hace recordar una Barcelona que fue, y que no es.
Cuando empiezas con “La Soledad” y acabas con el “El Ladrón de Recuerdos”, te das cuenta que este libro siempre estará a tu lado, porque en cualquier momento puedes releer una fabulosa y pintoresca visión del viejo Inspector con mayúsculas Méndez.
Enhorabuena, por rescatarnos a todos, de nuestros días.
Pero en esta serie de relatos de nuestro querido Francisco González Ledesma, me he llegado a emocionar leyendo. En estos se encuentra todo lo que representa la vida, el reloj que nos hace mover, los sentimientos que malgastamos porque somos unos absolutos egoístas.
Méndez, nos da una lección de humildad, y cuando lees la tapa trasera “Fracasado, olvidado y tronado” disientes totalmente, y cambiarias automáticamente dichos adjetivos, por un sustantivo “persona”.
En las veintidós historias inéditas, publicadas principalmente en Francia, la melancolía nos hace recordar una Barcelona que fue, y que no es.
Cuando empiezas con “La Soledad” y acabas con el “El Ladrón de Recuerdos”, te das cuenta que este libro siempre estará a tu lado, porque en cualquier momento puedes releer una fabulosa y pintoresca visión del viejo Inspector con mayúsculas Méndez.
Enhorabuena, por rescatarnos a todos, de nuestros días.
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