El ser humano, en realidad, se desconoce a sí mismo. Los móviles de su conducta, en muchos casos, constituyen un verdadero misterio.
Por lo que se refiere a la criminalidad, multitud de delincuentes, empujados por una fuerza oscura y profunda que late en lo más recóndito de su ser, violan la ley sin saber exactamente por qué.
La Criminalogía nació como un intento para encontrar la razón de la conducta antisocial o delictiva del hombre. A esta ciencia no le preocupa el delito cometido, sino aquel que lo comete.
El empeño de la nueva ciencia era difícil. En un principio se pretendió encontrar una explicación común para todas las conductas criminales, pero muy pronto hubo de reconocerse que resultaba completamente imposible atribuir el delito a una sola razón, susceptible de adaptarse a todos los hombres y a todas las circunstancias.
La vieja Criminología fracasó, pues, al adoptar la ingenua postura de clasificar a todos los criminales en tipos cerrados y únicos. La singularidad de cada hombre hace inútil toda clasificación.
En aquellos tiempos se desarrolló una gran polémica entre los que consideraban que el delito es consecuencia de un ambiente social determinado y los que lo atribuian a una cierta predisposición biológica del individuo. En la actualidad, tal lucha esta completamente superada.
Predisposición y medio ambiente se encuentran relacionados de tal suerte que resulta imposible determinar con cierta excatitud el imperio de cada uno de ellos. Ambos factores actúan conjuntamente sobre el individuo porque no son incompatibles, sino que se integran precisamente en la personalidad del criminal. Es cierto que en unos predomina su constitución biológica, y en otros su medio ambiente. Pero, en todos los casos, factores endógenos y factores exógenos estan sometidos a una influencia constante y recíproca.
Análisis del Criminal (Introducción) Dr. Cristopher Fitzgerald
Ediciones G.P. 1963
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