La cordura y sensatez están sobredimensionadas en el
mundo real, en cambio, es la literatura el verdadero motor capaz de dotar a la
locura de una cartografía casi infinita de sentimientos y matices. Desde mi paisano Alonso Quijada o Quijano a
Hamlet, siendo cursi, o en la literatura más oscura desde el maestro Poe a un
fenómeno sevillano llamado Juan Ramón Biedma.
Y eso que Tus magníficos ojos quizás sea la novela más
contenida de Biedma en el sentido esquizofrénico de la palabra. Y aunque el
bestiario de personajes no deja de mostrarnos sus mezquinidades, lejos de
regodearse en ellas, el autor las utiliza para bocetar esa atmósfera
angustiosamente cercana y real que él y sólo él es capaz de fusionar con unos
escenarios reconocibles y a la vez alejados de cualquier convencionalismo. El
jardín zoológico de aclimatación Hagenbeck, la prisión infantil de Newgate, los
cementerios, el puerto, paisajes invadidos como un trágico destino por la
niebla que todo lo inunda. En ellos cohabitan pasados y presentes en forma de
biografías semimonstruosas, para nada futuro. Moriarty y Holmes, enfrascados en usurparse las
personalidades, el elemental Watson de recorrido limitado y a la vez fundamental,
abades que esconden leprosos, leprosos que esconden secretos, lores tan míseros
como lores, niños sin inocencia porque la inocencia flota menos que la miseria,
Rambalda, el precipicio abismal con nombre de mujer y por encima de todo Cox,
un revientacadáveres que página a página, con la inercia, va tomando fuerza
hasta convertirse en el epicentro de un huracán narrativo de magnífico título.
Los personajes secundarios sin grietas, las tramas y
subtramas perfiladas con bisturí, los diálogos sin aderezo. Una novela redonda
que genera una extraña adicción como esos pasajes del terror a cuya puerta
tiemblas, pero no puedes evitar adentrarte.
Intensa, impactante, documentada, estremecedora y así
podría continuar aburriéndoles con adjetivos durante unos cuantos renglones
más, privándoles de su tiempo para que puedan acercarse al universo Biedma de Tus magníficos ojos vengativos cuando todo
ha pasado.
Bendita locura.
Tus magníficos ojos
vengativos cuando todo ha pasado.
Juan Ramón Biedma.
Editorial Lengua de
trapo, 2015.
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