Una de las virtudes del talento es hacer fácil lo
difícil. Ni más ni menos. En los deportes, las artes escénicas, en la
literatura. En España tenemos algunos ejemplos, en la narrativa negro criminal
pocos, muy pocos, pero si alguno destaca por encima de los demás es Julián Ibáñez,
autor de trayectoria inagotable y reconocimiento insuficiente.
A Julián Ibáñez es un placer escucharle, es directo y
pocas veces se anda con rodeos. Su literatura es igualmente demoledora, algo
similar a encontrarse en un ring frente al Myke Tyson (o pongan el nombre que
quieran).
En Todas las
mujeres son peligrosas, Ibáñez repite, editorial y personaje, punto este
último que todo buen amante de la novela negra agradecerá porque Bellón es
Bellón. Un tipo gris camaleónico que sobrevivió en El viejo muere la niña vive y
que intentará hacer lo mismo en esta nueva entrega dónde, una vez más, el mal
fario se pasea ante nuestro superviviente. En el club de carretera dónde hace
las veces de vigilante, golpean a una de las chicas y este hecho acaba poniendo
a nuestro protagonista de patitas en la calle, su lugar natural. Lejos de
dejarlo correr, Bellón pone en juego su orgullo y el no volver a encontrarse
con Saritos, la gestora del local. Elementos que se convierten en vitales
cuando uno tiene tan poco.
Y es que la vida
de Bellón se limita al día a día, no puede ser de otra manera, hecho que maneja
el maestro Ibáñez a la perfección en cada una de sus novelas, en cada uno de
sus personajes y que une a esa tensión atmosférica, detallada y angustiosa,
para generar un clímax de tensión tan atractivo como hipnótico.
Sin duda alguna, Julián Ibañez, uno de los mejores
autores de novela negra a nivel mundial y este Bellón, uno de sus mejores
personajes. Mi congratulación para la
editorial junto a un mensaje de advertencia, no dejen escapar a este tipo.
Todas las mujeres son peligrosas
Julián Ibañez
Cuadernos del laberinto 2015
Todas las mujeres son peligrosas
Julián Ibañez
Cuadernos del laberinto 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario