Las palabras y los muertos es una rara novela histórica.
Rara, porque no es (de acuerdo a los términos de legitimación histórica) una novela histórica, y sin embargo, no se ha escrito en la literatura cubana de los últimos 50 años una novela tan fiel a la historia del país. A partir de la muerte del presidente, Fidel Castro, el hombre que más cerca ha estado de él (su guardaespaldas preferido) rememora lo sucedido en más de cuarenta años, desde que, siendo un niño, se unió a los rebeldes en las montañas cubanas y se ganó la confianza del líder hasta convertirse en su sombra. Bajo esa mirada (cómplice, cegada por la admiración, cargada de fidelidad) la novela va repasando, con una inocencia sádica (nacida de la mirada inocente de este guardaespaldas), los más notables momentos de la Revolución, pero lo hace recreando no la historia oficial, sino la historia que el pueblo (en la intimidad de sus vidas) se ha formado atando los pocos cabos que la historia oficial ha dejado sueltos y que le permiten construir otra visión de esa historia, de esos trascendentales sucesos; visión curiosamente más cercana a la posible verdad que la visión ofrecida por la historia oficial.
Es una novela donde se mueven, como seres humanos reales, esos nombres que han estado en las grandes noticias de los periódicos del mundo, siempre que el asunto “Cuba” ha estado de moda: Fidel, Ché, y muchos otros cobran una vida pública en esta novela de Amir Valle, que rescata, con una magistralidad narrativa subyugante, una de las zonas temáticas que mejores novelas ha ofrecido en la historia de la novela latinoamericana: la novela del dictador.
Rara, porque no es (de acuerdo a los términos de legitimación histórica) una novela histórica, y sin embargo, no se ha escrito en la literatura cubana de los últimos 50 años una novela tan fiel a la historia del país. A partir de la muerte del presidente, Fidel Castro, el hombre que más cerca ha estado de él (su guardaespaldas preferido) rememora lo sucedido en más de cuarenta años, desde que, siendo un niño, se unió a los rebeldes en las montañas cubanas y se ganó la confianza del líder hasta convertirse en su sombra. Bajo esa mirada (cómplice, cegada por la admiración, cargada de fidelidad) la novela va repasando, con una inocencia sádica (nacida de la mirada inocente de este guardaespaldas), los más notables momentos de la Revolución, pero lo hace recreando no la historia oficial, sino la historia que el pueblo (en la intimidad de sus vidas) se ha formado atando los pocos cabos que la historia oficial ha dejado sueltos y que le permiten construir otra visión de esa historia, de esos trascendentales sucesos; visión curiosamente más cercana a la posible verdad que la visión ofrecida por la historia oficial.
Es una novela donde se mueven, como seres humanos reales, esos nombres que han estado en las grandes noticias de los periódicos del mundo, siempre que el asunto “Cuba” ha estado de moda: Fidel, Ché, y muchos otros cobran una vida pública en esta novela de Amir Valle, que rescata, con una magistralidad narrativa subyugante, una de las zonas temáticas que mejores novelas ha ofrecido en la historia de la novela latinoamericana: la novela del dictador.
Las palabras y los muertos
Amir Valle
Seix Barral 2007
298 Páginas.
Fuente: www.amirvalle.com/
1 comentario:
"Las palabras y los muertos" no sólo es una gran obra, sino otra muestra de valentía en la que, frente a tanto oportunista, mi compadre Amir demuestra estar al frente de los autores cubanos de todas las generaciones.
Publicar un comentario