El último libro que ha leído es ‘La dama de blanco’, de Wilkie Collins, y la última película que ha visto es ‘Miami Blues’, una cinta de los 90 protagonizada por Alec Baldwin y dirigida por George Armitage. Suele escuchar a Janis Joplin y anotar ideas en tarjetitas que lleva a todas partes.
“Tengo los bolsillos llenos de ellas, y también hay por el coche”, dice. John Verdon, el responsable del fenómeno ‘Sé lo que estás pensando’ (el libro más vendido en España el pasado año), ha vuelto con ‘No abras los ojos’(Roca Editorial), la historia de una novia sin cabeza. “Un puzzle muy complicado que debe solucionar un detective con un matrimonio igualmente complicado”, apunta Verdon.
El escritor y publicista jubilado, para quien ‘Mad Men’ es una serie “de terror” (“no me gusta recordar aquella época, los días que empezaban con una copa tras otra”, dice), suele escribir por las mañanas (“a primera hora”) o por las noches, y a veces lo hace en la mesa de la cocina, donde tiene un Ipad en el que da forma a sus ideas. “La imagen inicial de ‘No abras los ojos’ me vino como en una especie de sueño. Siempre es así. Las imágenes aparecen y a veces van y vuelven y las que se quedan son las que acabo trasladando a las novelas”, confiesa el autor, que sigue sorprendido por su éxito en España. “Quizá el tipo de puzzles que hago es algo que les encanta a los lectores españoles”, dice. Un dato curioso: ‘No abras los ojos’ se ha publicado antes en España que en Estados Unidos, es decir, antes se ha publicado la traducción que el original.
Admira a Arthur Conan Doyle, a Raymond Chandler, Ross MacDonald y Reginald Hill. Pasa los días plantando cosas en su jardín, paseando, sentándose a leer en el porche, o tumbándose en su hamaca. “Somos muy afortunados”, asegura. Cuando se retiró, se mudó con su mujer a un pueblecito del estado de Nueva York, el mismo lugar al que se muda su detective, Dave Gurney, cuando se retira. El lugar desde el que resuelve sus macabros puzzles. “Tengo muchas cosas en común con Gurney. Hemos tenido infancias similares y nuestra familia se parece demasiado. Los dos tenemos mujeres que creen que deberíamos pasar más tiempo paseando junto al río que leyendo en casa”, dice.
Cree que parte de su éxito se basa en la complicada relación entre Gurney y su mujer, dos personalidades completamente opuestas que, sin embargo, se complementan a la perfección. “Me gusta Madeleine. Me gusta que Gurney pueda sentirse superior entre sus colegas detectives pero que cuando llegue a casa tenga a un igual ante él”, dice el escritor. Las discusiones de la pareja, en esta segunda entrega, se harán aún más complejas. “Los dos han cambiado, han pasado por una experiencia traumática, la del anterior libro, y no son los mismos. Tampoco son los mismos que el lector que encontrará en el tercer libro. Porque están vivos y cambian a raíz de lo que les pasa”, cuenta Verdon.
No considera el escritor que el autor negrocriminal deba denunciar la sociedad en la que vive. “Creo que no es mi trabajo. Mi trabajo es el de construir una trama coherente que enganche al lector. No tengo por qué denunciar el comportamiento criminal o una determinada enfermedad social. Aunque cuando hablo de la maldad siempre lo hago en malos términos, la afeo. En ese sentido, tengo claro que nunca la presentaré como algo atractivo. Pero no soy un crítico social, no hago denuncia social, sólo soy un cuentacuentos”, asegura. En este caso, ha contado la historia de una novia decapitada el día de su boda. La novia se llama Jillian, Jillian Perry, y el principal sospechoso es un jardinero llamado Héctor Flores. Su viudo, Scott Ashton, es el personaje favorito de Verdon. “Es un hombre fuerte, seguro de sí mismo y muy inteligente”, dice de él.
La trama se complica cuando aparece una red relacionada con la explotación sexual que secuestra a chicas. Si había una manera de superar una primera entrega como la que la precede, sin duda, era ésta.
Por Laura Fernández
Foto por Roca Editorial
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/04/novelanegra/1309765648.html
“Tengo los bolsillos llenos de ellas, y también hay por el coche”, dice. John Verdon, el responsable del fenómeno ‘Sé lo que estás pensando’ (el libro más vendido en España el pasado año), ha vuelto con ‘No abras los ojos’(Roca Editorial), la historia de una novia sin cabeza. “Un puzzle muy complicado que debe solucionar un detective con un matrimonio igualmente complicado”, apunta Verdon.
El escritor y publicista jubilado, para quien ‘Mad Men’ es una serie “de terror” (“no me gusta recordar aquella época, los días que empezaban con una copa tras otra”, dice), suele escribir por las mañanas (“a primera hora”) o por las noches, y a veces lo hace en la mesa de la cocina, donde tiene un Ipad en el que da forma a sus ideas. “La imagen inicial de ‘No abras los ojos’ me vino como en una especie de sueño. Siempre es así. Las imágenes aparecen y a veces van y vuelven y las que se quedan son las que acabo trasladando a las novelas”, confiesa el autor, que sigue sorprendido por su éxito en España. “Quizá el tipo de puzzles que hago es algo que les encanta a los lectores españoles”, dice. Un dato curioso: ‘No abras los ojos’ se ha publicado antes en España que en Estados Unidos, es decir, antes se ha publicado la traducción que el original.
Admira a Arthur Conan Doyle, a Raymond Chandler, Ross MacDonald y Reginald Hill. Pasa los días plantando cosas en su jardín, paseando, sentándose a leer en el porche, o tumbándose en su hamaca. “Somos muy afortunados”, asegura. Cuando se retiró, se mudó con su mujer a un pueblecito del estado de Nueva York, el mismo lugar al que se muda su detective, Dave Gurney, cuando se retira. El lugar desde el que resuelve sus macabros puzzles. “Tengo muchas cosas en común con Gurney. Hemos tenido infancias similares y nuestra familia se parece demasiado. Los dos tenemos mujeres que creen que deberíamos pasar más tiempo paseando junto al río que leyendo en casa”, dice.
Cree que parte de su éxito se basa en la complicada relación entre Gurney y su mujer, dos personalidades completamente opuestas que, sin embargo, se complementan a la perfección. “Me gusta Madeleine. Me gusta que Gurney pueda sentirse superior entre sus colegas detectives pero que cuando llegue a casa tenga a un igual ante él”, dice el escritor. Las discusiones de la pareja, en esta segunda entrega, se harán aún más complejas. “Los dos han cambiado, han pasado por una experiencia traumática, la del anterior libro, y no son los mismos. Tampoco son los mismos que el lector que encontrará en el tercer libro. Porque están vivos y cambian a raíz de lo que les pasa”, cuenta Verdon.
No considera el escritor que el autor negrocriminal deba denunciar la sociedad en la que vive. “Creo que no es mi trabajo. Mi trabajo es el de construir una trama coherente que enganche al lector. No tengo por qué denunciar el comportamiento criminal o una determinada enfermedad social. Aunque cuando hablo de la maldad siempre lo hago en malos términos, la afeo. En ese sentido, tengo claro que nunca la presentaré como algo atractivo. Pero no soy un crítico social, no hago denuncia social, sólo soy un cuentacuentos”, asegura. En este caso, ha contado la historia de una novia decapitada el día de su boda. La novia se llama Jillian, Jillian Perry, y el principal sospechoso es un jardinero llamado Héctor Flores. Su viudo, Scott Ashton, es el personaje favorito de Verdon. “Es un hombre fuerte, seguro de sí mismo y muy inteligente”, dice de él.
La trama se complica cuando aparece una red relacionada con la explotación sexual que secuestra a chicas. Si había una manera de superar una primera entrega como la que la precede, sin duda, era ésta.
Por Laura Fernández
Foto por Roca Editorial
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/04/novelanegra/1309765648.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario