Siruela recupera la obra de Batya Gur, posiblemente una gran desconocida, la escritora israelí es un referente para entender la novela más social del pueblo judío.
La reedición de sus obras no sólo es un acierto, es un regalo. Nadie como ella ha sabido plasmar el conflicto interno de las clases del pueblo de Abraham.
Una visión crítica pero real y significativa.
Dentro del orgullo de su gente, encuentra los puntos negros de esa sociedad cerrada y muy compleja.
Que ella está entre los grandes de la llamada narrativa negra" mediterránea", no tengo duda.
Hace unos años leí una de sus novelas y no fui capaz de entenderla. Ahora he saboreado ésta, aplicando el doble tiempo en su lectura y consultando muchos términos, que no entendía. En pocas palabras he comprendido lo que la autora nos quería narrar.
Me he llevado muchas sorpresas, con esa exposición tan peculiar de las actitudes de los inmensos grupos religiosos ortodoxos que pueblan las calles de el país de las religiones.
Como lector te pido paciencia, la obra es densa en expresiones y en palabras, pero el resultado es una lección de literatura. Autores que te dejan desarreglos emocionales al saber que su vida terminó en 2005, a una edad demasiada temprana y que igual nos perdimos mucho más.
Su personaje principal es el comisario Michael Ohajon, en esta tercera entrega investiga el primer caso real que se produjo en un kibbutz, lugar prohibido, hasta para el resto de la gente israelita.
Adéntrate sin miedo en esta novela de hace veinte años, ya que no te pasará indiferente, muchas cosas no han cambiado.
¿Os va a gustar?. No lo sé.
Yo personalmente seguiré con sus lecturas pendientes en un estante lleno de polvo, y que me llaman para ser "profanadas".
Mi punto de vista, es el que me ha jugado una mala pasada, cuando estaba escribiendo esto.
Debe quedar en lo LITERARIO.
Hay mucha diferencia entre los que estudiamos los conflictos bélicos, en este caso el GENOCIDIO JUDIO EN EUROPA y el estado de ISRAEL que se creó después. Si buscas información la encontrarás.
La opresión en esta lectura va al límite, entre miembros de la misma religión. La autora no quería eso, y lo detectas rápido. Era su gente.
Como anécdota deciros que en este lado del mundo su necrológica no fue muy acertada.
Siruela, mantiene su línea, un título para cada tipo de persona.
Aunque, personalmente ya hace años que me tienen como lector de todas sus obras.
Más información: http://www.siruela.com/catalogo.php?id_libro=1844
Por José Andrés Espelt
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