Escritora y periodista. Publica 'Dinamita' y 'StudioSex'
PAULA CORROTO
La mujer que iba a morir salió con cautela del portal. Así, directa a la sangre, comienza Dinamita (Suma de Letras), la primera novela negra de la sueca Liza Marklund (1962), publicada por primera vez en 1998 y que acaba de llegar ahora al mercado español. Con esta novela, la escritora inauguró una saga de ocho entregas protagonizada por la periodista Annika Bengtzon en la que aparecen numerosos casos de crímenes hacia las mujeres y que ya ha vendido nueve millones de ejemplares en todo el mundo. Como dice la solapa comercial: más que Stieg Larsson. El próximo 5 de junio, Marklund estará en la Feria donde presentará su nueva novela en español, Studio Sex.
Usted es todo un fenómeno de ventas. Desde 1998 ha vendido nueve millones de ejemplares. ¿Puede explicarlo?
No entiendo cómo han vendido tanto. Cuando yo trabajaba en el periódico y proponía temas sobre violencia de género o problemas que tienen las mujeres, mis jefes me decían que no vendían, que eran aburridos; pero yo creo que eran importantes, porque los derechos de las mujeres son los últimos derechos que todavía no hay.
Es curioso que tantos escritores suecos escriban sobre estas problemáticas ahora.
Los suecos nos creemos los mejores, pero tenemos los mismos problemas de violencia doméstica que en España. La diferencia es que el gobierno de Suecia no habla de ellos. Es un problema de casa, dicen.Yo pensé en este tema durante mucho tiempo. Antes de escribir tenía ya cinco novelas en mi cabeza, pero empecé por la cuarta, en la que una mujer tiene que conciliar familia y trabajo porque lo tenía más cerca.
"En Suecia falta novela negra política al estilo de Henning Mankell"
¿Cómo fue su paso del periodismo a la novela negra?
Siempre me gustó hacer investigaciones periodísticas. Estoy acostumbrada a perseguir a gente y a hacer preguntas las preguntas más impertinentes, que es lo que debe hacer un periodista. Estudié periodismo para escribir, pero la novela es una mezcla de las dos cosas. Y creo que me volvería loca si no escribiera.
En Suecia hay todo un boom de escritoras de novela negra con mucho éxito. Usted, Asa Larsson, Camilla Läckberg.
Sí. Antes las mujeres no escribían novela negra. Cuando yo empecé en 1998 no había ninguna. Ahora sí tienen éxito, pero creo que hacen algo que no me gusta y es mezclar la violencia y el amor como si fuera chick-lit, comercial. No hacen novela política al estilo de Henning Mankell o Stieg Larsson, que es la más interesante.
¿Por qué le interesan este tipo de autores?
"El género negro triunfa en las democracias, no en las dictaduras"
Yo leí a Maj Swojall y Per Wahloo cuando era pequeña. Era una novela negra que criticaba a la sociedad. Y creo que ahora seguimos necesitando novelas que critiquen a la sociedad. Los suecos damos una realidad de sociedad perfecta que no es verdad. Estamos más cerca de lo que cuenta la novelas negras.
¿Qué fallos le ve a la sociedad sueca para que haya este fenómeno?
Aparte de no hablar de los problemas, somos muy individualistas y hay mucha gente que se encuentra sola.
¿Eso también la diferencia de la novela negra norteamericana?
Creo que la novela negra escandinava es algo diferente a la de los americanos. Pero en realidad, la novela policiaca suele funcionar en sociedades con sólidos pilares democráticos. En dictaduras y democracias frágiles no quieren leer este tipo de historias.
Por cierto, usted es muy crítica con la monarquía.
Es una locura. No la entiendo. Soy antimonárquica. ¡Y los medios de comunicación suecos no son nada críticos!.
PAULA CORROTO
La mujer que iba a morir salió con cautela del portal. Así, directa a la sangre, comienza Dinamita (Suma de Letras), la primera novela negra de la sueca Liza Marklund (1962), publicada por primera vez en 1998 y que acaba de llegar ahora al mercado español. Con esta novela, la escritora inauguró una saga de ocho entregas protagonizada por la periodista Annika Bengtzon en la que aparecen numerosos casos de crímenes hacia las mujeres y que ya ha vendido nueve millones de ejemplares en todo el mundo. Como dice la solapa comercial: más que Stieg Larsson. El próximo 5 de junio, Marklund estará en la Feria donde presentará su nueva novela en español, Studio Sex.
Usted es todo un fenómeno de ventas. Desde 1998 ha vendido nueve millones de ejemplares. ¿Puede explicarlo?
No entiendo cómo han vendido tanto. Cuando yo trabajaba en el periódico y proponía temas sobre violencia de género o problemas que tienen las mujeres, mis jefes me decían que no vendían, que eran aburridos; pero yo creo que eran importantes, porque los derechos de las mujeres son los últimos derechos que todavía no hay.
Es curioso que tantos escritores suecos escriban sobre estas problemáticas ahora.
Los suecos nos creemos los mejores, pero tenemos los mismos problemas de violencia doméstica que en España. La diferencia es que el gobierno de Suecia no habla de ellos. Es un problema de casa, dicen.Yo pensé en este tema durante mucho tiempo. Antes de escribir tenía ya cinco novelas en mi cabeza, pero empecé por la cuarta, en la que una mujer tiene que conciliar familia y trabajo porque lo tenía más cerca.
"En Suecia falta novela negra política al estilo de Henning Mankell"
¿Cómo fue su paso del periodismo a la novela negra?
Siempre me gustó hacer investigaciones periodísticas. Estoy acostumbrada a perseguir a gente y a hacer preguntas las preguntas más impertinentes, que es lo que debe hacer un periodista. Estudié periodismo para escribir, pero la novela es una mezcla de las dos cosas. Y creo que me volvería loca si no escribiera.
En Suecia hay todo un boom de escritoras de novela negra con mucho éxito. Usted, Asa Larsson, Camilla Läckberg.
Sí. Antes las mujeres no escribían novela negra. Cuando yo empecé en 1998 no había ninguna. Ahora sí tienen éxito, pero creo que hacen algo que no me gusta y es mezclar la violencia y el amor como si fuera chick-lit, comercial. No hacen novela política al estilo de Henning Mankell o Stieg Larsson, que es la más interesante.
¿Por qué le interesan este tipo de autores?
"El género negro triunfa en las democracias, no en las dictaduras"
Yo leí a Maj Swojall y Per Wahloo cuando era pequeña. Era una novela negra que criticaba a la sociedad. Y creo que ahora seguimos necesitando novelas que critiquen a la sociedad. Los suecos damos una realidad de sociedad perfecta que no es verdad. Estamos más cerca de lo que cuenta la novelas negras.
¿Qué fallos le ve a la sociedad sueca para que haya este fenómeno?
Aparte de no hablar de los problemas, somos muy individualistas y hay mucha gente que se encuentra sola.
¿Eso también la diferencia de la novela negra norteamericana?
Creo que la novela negra escandinava es algo diferente a la de los americanos. Pero en realidad, la novela policiaca suele funcionar en sociedades con sólidos pilares democráticos. En dictaduras y democracias frágiles no quieren leer este tipo de historias.
Por cierto, usted es muy crítica con la monarquía.
Es una locura. No la entiendo. Soy antimonárquica. ¡Y los medios de comunicación suecos no son nada críticos!.
http://www.publico.es/culturas/316038/necesitamos/novelas/criticas
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