23 octubre 2009

Momias, chivatos y apariciones en un 'Getafe negro'


El verdadero lado oscuro del municipio que acoge el festival de novela negra
PATRICIA ORTEGA DOLZ - Madrid - 22/10/2009


Getafe está lleno de momias. Son muchas las veces que al exhumar los cuerpos enterrados en el perímetro de este municipio del sur (164.000 habitantes) han aparecido momificados. Los de Getafe son gentes corpulentas y con una estructura ósea muy consistente. Los getafenses además, conservan en buen estado sus dentaduras muchos años, como le pasa al médico forense Cesar Navarro, que a sus 77 años, la mantiene tan intacta como la memoria. Todas esas características están relacionadas, aunque no lo parezca. La razón, según Navarro, es muy sencilla: el subsuelo de esta ciudad "es un yacimiento de yeso, sumamente rico en calcio". Viven y mueren con esa sobredosis cálcica.

Pero esto no lo contará el forense en la ponencia que dará el domingo como parte de la clausura del Festival de novela policiaca de Madrid Getafe Negro, que celebra esta semana su segunda edición, con la atención puesta en los escritores suecos, tras el fenómeno de la trilogía Milenium de Stieg Larsson, y en el concepto del Mal.
Con esta excusa, se puede indagar en las memorias vivas del municipio madrileño. Y, además de Navarro, se encuentran personajes como el jefe de la Policía Local, Francisco Luengo, destinado allí desde 1975; y a Manuel de la Peña, un joven que llegó al municipio desde Barcelona para convertirse en piloto de aviones en la base área y acabó, cosas del destino, con el título de cronista oficial de Getafe que ejerce hoy a sus 83 años. Cada día escribe lo que pasa en la ciudad ("lo sustancial y relevante"). Y su objetivo es dejar escrito lo que pasó en Getafe, día por día, desde 1900.
En ese diario oficial, quedarán recogidos los hechos ocurridos a mediados de los años cuarenta y que forman parte de lo que Navarro llama sus páginas negras. Algunas de esas historias son tan recientes que "es mejor no dar nombres porque hay familiares vivos todavía aquí", dice. Y, como si de un cuento se tratara, habla de ese joven "de baja estatura, ojos muy azules, casi glaucos", del que se alejaba todo el mundo desde que descubrieron que había delatado a Gasco Santilán (el Berenjena), el tornero al que fusilaron después de que él advirtiera a la policía sobre la rebelión que se estaba fraguando ante la fuerte represión de las fuerzas del orden. El chivato de ojos claros acabó solo, cavando un hueco en la vía del tren y posando su cabeza sobre un raíl. La última vez que Navarro lo vio, el cráneo estaba en una de las mesas de la sala de autopsias de su padre (el doctor Martín Navarro, "discípulo y ayudante de Marañón") y el cuerpo en la otra.
Puede que la afición por tirarse al tren fuese anterior a ese hecho, pero lo cierto es que son numerosos los casos de suicidio, los accidentes o posibles asesinatos que se han producido en el tramo de vías que parte Getafe por la mitad. "Algunos los hemos visto venir, pero no hemos conseguido evitarlos. Ha sido una sangría", comenta el subinspector Luengo, que recuerda que su primer caso cuando llegó al municipio fue precisamente uno de esos: "Un tipo que se tiró a las vías y el tren lo partió por la mitad, literalmente. Me impresionó".
El jefe de la Policía Local ha visto cómo ha evolucionado la criminalidad de la ciudad. Desde los años ochenta en los que tomaban café en comisaría junto a delincuentes comunes como el conocido ladrón de coches El pera, cuya vida luego llevó al cine Miguel Albaladejo en Volando voy, El cabezón (fallecido) o El chirla (recientemente salido de la cárcel)
"Era ese mundo policial-delincuencial en el que todos nos movíamos sabiendo quién era quién. Era un juego respetuoso de policías y ladrones", recuerda. Luego, la droga, el crecimiento de zonas marginales en barrios limítrofes (la Cañada Real, las Barranquillas) y la llegada de mafias organizadas de otros países cambiaron por completo los patrones de funcionamiento, a pesar de que Getafe ha sido calificada como "la ciudad más segura de la región" y ha recibido la medalla de la Comunidad a la seguridad policial. Pero del lado más oscuro del municipio, el que tiene que ver con la corrupción detectada en el Ayuntamiento en 1994 por unas supuestas comisiones ilegales, nadie quiere hablar, quizá porque la limpieza consistió simplemente en retirar a un concejal de un Consistorio donde gobierna el mismo alcalde, Pedro Castro (PSOE), desde 1983.
Entre los misterios de Getafe, resaltan los hallazgos de cuerpos en la depuradora de Perales del Río: "Muchas veces nadie reclama, nadie denuncia ninguna desaparición", dice Luengo. Y otro mucho más místico, convertido en leyenda, que tiene que ver con la patrona de la ciudad: la Virgen de los Ángeles. Cuentan que la encontró un pastor en una cueva cuando vio una luz entre unos matojos, se la llevó a Pinto, de donde era, y al día siguiente había desaparecido y había vuelto a aparecer en el Cerro de los Ángeles. Según el cronista De la Peña, la virgen llegó a Getafe "el 8 de diciembre de 1.610", recita de memoria, "según unas escrituras perfectamente datadas, la realizó un gran tallista". Una tras otra, historias... historias del lado oscuro.

Getafe Negro. Claves de la Novela Negra. Con Lorenzo Silva y David Conte. 10.00. Universidad Carlos III. (www.getafenegro.com). Hasta el domingo 25 de octubre.



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