23 diciembre 2008

Fallece Giménez-Frontín, escritor y activista cultural


El autor barcelonés publicó sus memorias el pasado mes de octubre


El escritor y activista cultural José Luis Giménez-Frontín falleció ayer en Barcelona a los 65 años de edad, víctima de un fulminante cáncer detectado hace apenas tres semanas. Poeta, novelista y ensayista, Giménez-Frontín ha sido una personalidad clave en la vida cultural barcelonesa del último cuarto de siglo, a través de su trabajo como director de la Fundació Caixa Catalunya (1987-2004) y como impulsor y principal responsable de la Asociación Colegial de Escritores de Catalunya (ACEC), entre 1980 y prácticamente el momento de su ingreso hospitalario.


Nacido en Barcelona en 1943, en el seno de una familia con raíces aragonesas y manchegas, estudió Derecho y tras una breve etapa como profesor ayudante, dio el salto al mundo literario y se incorporó como director de publicaciones en Kairós. En este sello, propiedad de Salvador Pániker, dio rienda suelta a sus afinidades contraculturales publicando obras vinculadas a las revueltas estadounidenses de los años sesenta; también editó textos polémicos del joven Terenci Moix, así como Los ocho nombres de Picasso,de Alberti, primer libro del autor gaditano aparecido en España después de 1939. Los años setenta marcan su despliegue literario: Giménez-Frontín publica poemarios como La sagrada familia y Amor omnia,ensayos sobre cuestiones culturales como Movimientos literarios de vanguardia,Seis ensayos heterodoxos o El surrealismo y su primer trabajo de narrativa, Un día de campo con Josep Maria Carandell y Robert Saladrigas-de las entonces obligadas páginas literarias de Tele/ Express,diario barcelonés de referencia entre el público inquieto de los años de la transición. Los años ochenta los inaugura como lector en la Universidad de Oxford, donde pasa tres años, un periodo que reconstruirá en su obra autobiográfica Woodstock Road en julio.


Entre tanto gana el premio Ciudad de Barcelona de Poesía y a su vez publica
la novela policiaca El idiota enamorado,que junto a la serie Carvalho de Vázquez Montalbán constituye una de las piezas pioneras en la primera fase del boom de novela negra barcelonesa de la era democrática, y que de sus trabajos estrictamente literarios es el que más reediciones y ventas tuvo, según me confesó en cierta ocasión. Hay una parte de la vida del autor fallecido que transcurrió fuera de los focos, haciendo un trabajo cotidiano poco vistoso pero que observado en perspectiva se revela de gran alcance. Como cofundador de la Asociación Colegial de Escritores de Catalunya (ACEC), donde desempeñó diversos cargos, abrió una dedicación intensa y altruista a este organismo que se prolongó toda su vida.


En él promovió un sinfín de iniciativas, asistenciales y jurídicas, encaminadas a mejorar las condiciones laborales de sus integrantes, autores y traductores, y a recuperar y rendir debido homenaje a figuras que han sido relevantes entre nosotros, de Luis Romero a Ángel Crespo, de Manuel de Seabra a Sebastià Juan Arbó, de Juan Ramón Masoliver a Francesc Candel y de Víctor Mora a Carmen Kurtz. Otra iniciativa suya fue la creación de un archivo audiovisual de poetas, con grabaciones de lecturas de 69 autores. En las relaciones a menudo complicadas entre el mundo literario en lengua catalana y el mundo literario en lengua castellana, que conviven en Catalunya y, por voluntad de sus fundadores, en el propio seno de la ACEC, Giménez-Frontín mantuvo siempre una actitud integradora y mediadora que por lo general se reveló fructífera, algo que desgraciadamente no tuvieron en cuenta los organizadores de la presencia catalana en Frankfurt 2007, ya que podría haberles ahorrado algunos sinsabores. Figuras puente como la suya las ha habido contadísimas en los últimos años.
Nombrado en 1987 director de la Fundació Caixa Catalunya, José Luis Giménez-Frontín pilotó el atractivo programa de exposiciones (y actos) que ha contribuido decisivamente a hacer de la Pedrera un espacio líder barcelonés, con un millón y medio de visitas anuales. Con una política marcada por la curiosidad universal y abocada a la excelencia, y evitando el sectarismo que muchas veces impregna el mundo artístico, trajo a Barcelona muestras tan brillantes como las consagradas a los tesoros del periodo Edo japonés, a los fauvistas, a la escuela de Londres de Lucien Freud y Michael Andrews, a Giacometti, Folon, Chillida o a figuras locales internacionales como Antoni Clavé o Guinovart. "Me reconozco como gestor cultural. Es un trabajo apasionante especialmente en esta ciudad, en donde hay mucha más vida cultural y más rica de lo que parece", declaraba a Margarita Rivière en 1996. Su último trabajo para la fundación fue la exposición Visiones del Quijote,que comisarió él mismo en el 2005 con motivo del Año del Libro y la Lectura y que abarcaba las plasmaciones de la obra de Cervantes realizadas por Hogarth, Doré, Daumier, Picasso, Dalí, Ponç. Matta y Saura. Autor de una guía del Teatre-Museu Dalí que con muchos miles de ejemplares vendidos es su principal best seller, Giménez-Frontín fue autor de otras obras de ficción como El carro del heno (1987), Justos y benéficos (1988) o Señorear la Tierra (1991, premio Ciutat de Barcelona de narrativa). Publicó en el 2006 su Poesía reunida y en octubre de este 2008 su memoria Los años contados.

En los últimos tiempos ha colaborado regularmente en el suplemento Cultura/ s de este diario. El fallecido escritor será despedido el martes a las 10.30 h, en una ceremonia laica, en el tanatorio de Sant Gervasi. Le sobreviven su mujer, Pilar, insustituible colaboradora en las empresas de la ACEC, y su hijo Daniel.





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