03 septiembre 2013

Craig Russell estará en el Hay Festival de Segovia el domingo 29 y el lunes 30 de septiembre en Madrid



Una vez más, Craig Russell nos transporta a ese Glasgow de la década de los 50 que ha convertido, gracias a su detective privado Lennox, en un referente indiscutible para la escena negrocriminal europea. Y lo hace con una novela, El sueño oscuro y profundo, que la crítica internacional ha señalado como la mejor entrega de la serie Lennox.

Razones no faltan para semejante calificativo. El sueño oscuro y profundo arranca con una de las mejores escenas de la literatura negra contemporánea. Joe Gentleman Strachan, uno de los ladrones locales más importantes de la década de los 30, lleva dieciocho años “sumido en un oscuro y profundo sueño”, un sueño que no es otro que el de la muerte. Sus restos mortales han aparecido en las profundidades del río Clyde, cuando todo el mundo pensaba que había abandonado la ciudad tras capitanear, en 1938, el robo más importante de la historia de Glasgow, el de la Exposición Imperio, con el que consiguió embolsarse nada más y nada menos que 50.000 libras.

La aparición de su cadáver hará que el pasado más reciente de una de las ciudades más húmeda de Europa regrese a las calles, y más de uno habría preferido que ese delincuente hubiera seguido bien muerto. Pero ahora estamos en septiembre de 1955 y la ciudad se recupera del verano más caluroso de su reciente historia. El detective privado Lennox está en su despacho de Gordon Street, ocupado en tres casos de divorcio y una separación, así como responsabilizándose del transporte semanal de las nóminas de uno de los astilleros. Continúa codeándose con el agente de policía Jock Ferguson –que le ha echado más de un mano en las entregas anteriores de la serie Lennox- y también sigue tratándose de alejar de los bajos fondos controlados por ese triunvirato de delincuentes –también presentes en la serie- conocidos como los Tres Reyes: Cohen, Murphy y Sneddon. 

La investigación sobre el asesinato de Joe Gentleman Strachan hará que las sospechas recaigan, de nuevo, sobre este trío de mafiosos, puesto que es un secreto a voces que, si el muerto no hubiera desaparecido de la escena criminal, probablemente él sería quien controlaría el cotarro criminal de la ciudad. Sin embargo, el caso de la muerte de Joe Gentleman Strachan no se resolverá de un modo sencillo. Desde el mismo día de su desaparición, sus hijas, dos gemelas casadas con un par de hombres que tampoco son de fiar, reciben cada año un sobre con mil libras. El envío llega, precisamente, en el aniversario de la desaparición de su padre, circunstancia tan extraña que, sumada a otras pistas, hará sospechar a Lennox que tal vez el cadáver del río Clyde no sea realmente el del ladrón. Pero, en tal caso, ¿quién es el muerto?, ¿dónde está el auténtico Strachan?, ¿por qué hay tanta gente interesada en que el detective deje de investigar su desaparición?, ¿qué oculta ese comisario Willie McNab que juró vengarse del ladrón que, supuestamente, mató a otro agente de policía durante su huida tras el gran robo?, ¿quiénes eran los cuatro cómplices con los que Joe Gentleman cometió el robo?... 

Paralelamente, Lennox se hará cargo de otro caso que, aun cuando no parezca tan intrigante como el anterior, también tiene sus ramificaciones. Un famoso actor norteamericano, John Macready, ha sido fotografiado en actitudes sodomitas con el heredero del ducado de Strathlorne y un fotógrafo aspirante a actor, un tal Paul Downey, le está amenazando con sacar las imágenes a la luz si no le pagan una importante cantidad de dinero.

Con estos elementos construye Craig Russell una novela que se lee en una exhalación y que, sin lugar a dudas, supone una cumbre en la serie de novelas negras protagonizadas por el detective Lennox, un personaje caracterizado por sus esfuerzos por abandonar el lado turbio de la vida y por los traumas adquiridos durante su intervención en la Segunda Guerra Mundial, y que contrasta con ese otro personaje de novela negra también creado por el autor, Jan Fabel, un agente de policía de Hamburgo con una vida más ordenada y con un trabajo también más ordenado. 

EL DETECTIVE LENNOX 

Lennox, un exsoldado que participó en la Segunda Guerra Mundial, nació en Glasgow, pero se crio en la costa este de Canadá. Sus padres eran ricos, vivían en una mansión decimonónica y llevaron a su hijo a los mejores colegios. Pero el conflicto bélico europeo cambió la vida de ese chico, y su cuerpo y su alma quedaron tan llenos de cicatrices que, al término de la contienda, decidió no regresar al continente americano e instalarse a vivir en su ciudad natal, donde trata de sobrevivir como detective privado. “Uno puede traerse de la guerra cosas muy diversas. Muchos hombres volvieron con enfermedades venéreas contagiadas por las putas de Alemania o de Extremo Oriente, que transmitieron a su vez (sin cobrar) a sus fieles esposas. Otros regresaron con una colección de trofeos robados a los cadáveres. Yo volví con un temperamento explosivo y una tendencia a expresarme con elocuente brutalidad física (…). Así, mientras que Sherlock Holmes había utilizado el intelecto y una gorra de cazador de ciervos para resolver sus casos, yo había empleado más bien los músculos y una cachiporra flexible. Y para ser franco, había llegado a disfrutarlo un poquito más de la cuenta y quería alejarme de ello.” Así pues, estamos en la década de los 50 y Glasgow es una ciudad oscura, húmeda y pobre. Cuando Lennox llega a la ciudad, en 1953, tiene 35 años, mide 1,80 metros y ha abierto una oficina como detective privado en la calle Gordon. Desde allí trabaja en casos de poca monta -desapariciones, robos y divorcios-, y por las noches se instala en el bar Rosead, donde ocasionalmente invita a un trago a su mejor amigo, el agente de policía Jock Fergusson. Pero ya en las primeras entregas de la serie aparecen tres individuos que le tentarán constantemente con el lado salvaje de la vida. Son los Tres Reyes (Sneddon, Cohen el guapo y Martillo Murphy), un triunvirato de capos de la delincuencia que controlan los bajos fondos de Glasgow y que siempre parecen estar relacionados con los crímenes que el detective tiene que investigar. Afortunadamente, a medida que pasan los años –y las novelas-, Lennox va distanciándose de esta mafia y se esfuerza por encarrilar su trabajo hacia un mundo donde no abunden los delincuentes. En cuanto a su personalidad, Lennox es un hombre duro. La guerra ha ensombrecido su carácter, su relación con las mujeres no es precisamente cariñosa, sus noches en los bares hacen que a menudo le dé demasiadas vueltas a la cabeza. En definitiva, tiene los rasgos propios del mejor Marlow, aun cuando se diferencia de dicho personaje en que él pretende mejorar como persona y en que sus casos siempre están revestidos de una fina capa de humor. “Una curiosa característica de mi personalidad era mi inclinación a vestir con elegancia. Siempre compraba la ropa de mejor calidad que podía permitirme con mis ingresos. Y a menudo, prendas que no podía permitirme.”

LA SERIE LENNOX 

-Lennox (Rocaeditorial, 2010): Una guerra para dominar las calles de Glasgow durante la década de los 50. Y este ambiente delictivo acabará con Lennox investigando el asesinato de dos hermanos con ínfulas de jefecillos. Los Tres Reyes, tres jefes de los bajos fondos que se reparten el control del crimen local, quieren saber qué ha ocurrido y, para descubrirlo, Lennox tendrá que adentrarse en los ambientes más turbios de la ciudad.

 -El beso de Glasgow (Rocaeditorial, 2011): Un corredor de apuestas ilegales y criador de galgos aparece con la cabeza machacada en su estudio. Mientras se producía el crimen, Lennox estaba en la cama con la hija del muerto, así que tiene una coartada irrefutable. La investigación apunta hacia uno de los Tres Reyes, el trío de delincuentes que controlan los bajos fondos de Glasgow, y hacia un boxeador a quien alguien está amenazando de muerte. 

 -Dead Men and Broken Hearts (todavía inédito en España, 2012): Lennox se esfuerza para levantar su negocio y su economía parece mejorar cuando una mujer le pide que investigue a su marido. Al principio, todo parece un caso de infidelidad conyugal, pero el asunto se complicará cuando un hombre aparezca muerto y cuando, una vez más, los Tres Reyes parezcan tener mucho que ocultar.

No hay comentarios: