25 marzo 2011

Hammer & Hammer: los raros



Los daneses Lotte y Soren Hammer debutan con 'El lado oscuro'
El protagonista es Konrad Simonsen, inspector alérgico a la vida sana


Copenhague. Una fría mañana cualquiera. O no exactamente. La fría mañana en la que la vida del orondo inspector Simonsen (demasiado aficionado a los dulces, y en general, a todo lo que engorda más de la cuenta) tuvo que interrumpir sus vacaciones en la costa (después del cuarto café y el cuarto cigarrillo de la mañana) y regresar a la comisaría. ¿Por qué? Le necesitaban. El caso más importante de su carrera hasta la fecha le necesitaba tras su mesa, en las calles, en el gimnasio de una escuela. El mismo en el que acababan de ser hallados (un grupo de niños los encontró) cinco cadáveres mutilados. Cinco cadáveres que habían sido tan minuciosamente colocados (en realidad, colgaban del techo) que, nada más verlos, Simonsen tuvo la sensación de presenciar el segundo acto de una ejecución pública: el que corresponde a la recogida de los cuerpos.

Así arranca 'El lado oscuro' (Roca Editorial), la primera novela de los hermanos Hammer (Lotte y Soren), una pareja de daneses de mediana edad que pretenden sumar al poco saludable inspector Simonsen (de nombre, Konrad), a la lista de los reputados inspectores nórdicos. Y lo hacen con un caso que pone al límite la concepción de la justicia, la arrastra hasta un rincón del ring y la coloca contra las cuerdas, para cuestionar el sentido de la venganza (y la legitimidad de toda justicia personal, el clásico regreso al manido código de Hammurabi, sí, ojo por ojo). Y, en medio, como siempre, periodistas. Medios de comunicación dispuestos a convertir tan macabro caso en algo aún mucho peor.

Así, Simonsen, que mantiene una envidiable relación con su hija Anna Mia y una no menos envidiable relación con una Condesa que le regala ediciones firmadas de libros que se publicaron en 1925, trata de mantener a raya a los periodistas mientras interroga a los sospechosos. Desde el primer momento tiene claro que el enigmático bedel de la escuela, Per Clausen, ha tenido algo que ver. Pero es imposible sacar algo en claro. No hay ninguna prueba. Aunque Simonsen conoce todos los trucos de su profesión y, a base de cafés y cigarrillos (y visitas a la casa de la Condesa), conseguirá descubrir que el pasado (no muy lejano) de alguien tiene la culpa. Un pasado en el que alguien convirtió la vida de algún otro en un infierno.

Vendida a 19 países, la primera entrega de las aventuras de Konrad Simonsen, el inspector enamorado de una Condesa (llamada Nathalie) al que su hija adolescente se le presentó un día en casa (por sorpresa) y acabó apoderándose de una parte importante de su vida, suma a Dinamarca (el país del que proceden sus autores, dos hermanos que comparten, además de recuerdos de infancia, su pasión por la escritura y los crímenes literarios) a la carrera de la fiebre negra por la novela nórdica, ahora que el eco del último Larsson empieza a apagarse.

Texto: Laura Fernández

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/18/novelanegra/1300465894.html

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