'Los casos reales nunca son tan excitantes'
"Mi experiencia de detective fue de enorme ayuda en detalles en la historia"
Koryta presenta 'Esta noche digo adiós', inédita en castellano hasta ahora
A Rodrigo Fresán, director de la colección Roja y Negra de Mondadori, le costó encontrar una novela nueva o desconocida que continuara la tradición de los detectives. Las mafias, los serial killers, los forenses o los narcos tenían su lugar representativo de subgénero. Finalmente, el investigador privado ha llegado con el nombre y el apellido de Lincoln Perry. Un ex policía de Cleveland, Ohio. La novela, original de 2004 (inédita en castellano hasta ahora), 'Esta noche digo adiós'. El autor, Michael Koryta, 21 años, ex detective privado. Fue finalista del prestigioso premio Edgar. Ganó premios múltiples del 'noir' americano, recibió críticas elogiosas. Ahora, en 2011 ya es algo más que una promesa. Y aún sigue siendo veinteañero. Como Lincoln Perry (por cierto, no hubiese quedado tampoco mal Perry Lincoln, ¿no?).
"Fue mi primera novela publicada, y el impacto fue emocionante, claro, y revivió la espléndida esperanza que quizá ha permitido que viva haciendo esto, que es lo que siempre he querido hacer. El éxito prematuro añade el elemento de la presión, supongo. Intenté no pensar en eso mucho". Los gángsters rusos, el magnate malo, ex marines metidos a agentes de seguridad, una niña y una madre desaparecidas. Muerto el padre. Un viejo que contrata a Perry y a su socio. Los policías con mala cara, en parejas. FBI. El amor, traicionando al cerebro. Michael Koryta ha puesto a un Sam Spade de su quinta a darle al fumeque con cara de imperturbable (pero perturbado, por dentro), y pegando mucho corte dialéctico. Como condimento, puntuales ráfagas de tiros o golpes o de ambas cosas.
"Mi experiencia de detective fue de enorme ayuda en términos de detalles en la historia, pero menos en lo que concierne a la trama. Los casos reales nunca son tan excitantes como los que me gusta leer". De aquí extraemos que a Michael Koryta le gusta escribir lo que quiere leer. No siempre pasa. 'El lamento de las sirenas' o 'Una tumba acogedora' son otros de los 5 títulos posteriores. Nos van llegando traducciones. 'Esta noche digo adiós' es una novela redactada entre las doce de la noche y las 3 de la mañana. El pulso noctámbulo pervive en esta traducción:
"Estoy predispuesto al insomnio, así que las horas nocturnas me vienen muy bien. Intento crear la trama según escribo. En cierto modo, me gustaría ser capaz de diseñar mi historia sabiendo hacia donde va, pero no es mi proceso. Me sumerjo en la oscuridad con mis personajes, intento entenderlos, y entonces, reescribir, reescribir, y reescribir. Es un proceso de muchos bocetos para mí, pero amo cada minuto de él".
El periódico The Economist situó a Cleveland como la ciudad con mejor nivel de vida junto con Pittsburg en 2005, justo un año después de la publicación de esta novela, más pesimista en su visión. No hay acuerdo, de hecho. Habla el autor:
"Es una ciudad con un alto nivel de crimen y pobreza. Hay mucha discusión, yo creo, sobre la idea de la ficción criminal americana es el espacio de la nueva novela social. A los escritores de negro les gusta decir eso porque hace que su trabajo suene más importante, claro, ¡y nos encanta inflar nuestros egos! Para la mayoría es un elemento escénico, y aunque partes de la realidad, te tomas libertades de ficción. Cleveland es una ciudad que ha caído en tiempos difíciles, y el crimen salta de la pobreza muchas veces. Es una ciudad violenta, apretada por la violencia, una ciudad corrupta. Es también una ciudad con gente de buen corazón e intenciones valientes. Eso quería capturar yo".
Y, claro, el profesional idealizado sometido a los tentáculos femeninos (legado, acaso misógino, del género desde que nació). Esta apuesta, ciertamente, no es novela social. "Desde Sherlock Holmes entendemos que los héroes de ficción detectivesca no son la realidad, y lo que más deseamos de ellos son sus jornadas cautivadoras de intriga. Espero haber aportado yo también eso". Koryta ha procurado continuar o reconstruir sus más amenas lecturas con un nuevo prototipo de su propia generación, y con un nombre sonoro. Como en muchos clásicos de estas "jornadas cautivadoras", el escenario del crimen es una expresión más de un culebrón puro entreverado en un puzzle con atisbos de racionalidad. Esto también continúa una tradición. Los ecos son muchos. Una tontería: las dos mejores novelas de Raymond Chandler tienen "adiós" en el título ('El largo adiós', 'Adiós muñeca' y ahora Koryta se apunta a una trilogía de adioses). Fresán ya ha podido rellenar el hueco indispensable.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/01/novelanegra/1296548653.html
"Mi experiencia de detective fue de enorme ayuda en detalles en la historia"
Koryta presenta 'Esta noche digo adiós', inédita en castellano hasta ahora
A Rodrigo Fresán, director de la colección Roja y Negra de Mondadori, le costó encontrar una novela nueva o desconocida que continuara la tradición de los detectives. Las mafias, los serial killers, los forenses o los narcos tenían su lugar representativo de subgénero. Finalmente, el investigador privado ha llegado con el nombre y el apellido de Lincoln Perry. Un ex policía de Cleveland, Ohio. La novela, original de 2004 (inédita en castellano hasta ahora), 'Esta noche digo adiós'. El autor, Michael Koryta, 21 años, ex detective privado. Fue finalista del prestigioso premio Edgar. Ganó premios múltiples del 'noir' americano, recibió críticas elogiosas. Ahora, en 2011 ya es algo más que una promesa. Y aún sigue siendo veinteañero. Como Lincoln Perry (por cierto, no hubiese quedado tampoco mal Perry Lincoln, ¿no?).
"Fue mi primera novela publicada, y el impacto fue emocionante, claro, y revivió la espléndida esperanza que quizá ha permitido que viva haciendo esto, que es lo que siempre he querido hacer. El éxito prematuro añade el elemento de la presión, supongo. Intenté no pensar en eso mucho". Los gángsters rusos, el magnate malo, ex marines metidos a agentes de seguridad, una niña y una madre desaparecidas. Muerto el padre. Un viejo que contrata a Perry y a su socio. Los policías con mala cara, en parejas. FBI. El amor, traicionando al cerebro. Michael Koryta ha puesto a un Sam Spade de su quinta a darle al fumeque con cara de imperturbable (pero perturbado, por dentro), y pegando mucho corte dialéctico. Como condimento, puntuales ráfagas de tiros o golpes o de ambas cosas.
"Mi experiencia de detective fue de enorme ayuda en términos de detalles en la historia, pero menos en lo que concierne a la trama. Los casos reales nunca son tan excitantes como los que me gusta leer". De aquí extraemos que a Michael Koryta le gusta escribir lo que quiere leer. No siempre pasa. 'El lamento de las sirenas' o 'Una tumba acogedora' son otros de los 5 títulos posteriores. Nos van llegando traducciones. 'Esta noche digo adiós' es una novela redactada entre las doce de la noche y las 3 de la mañana. El pulso noctámbulo pervive en esta traducción:
"Estoy predispuesto al insomnio, así que las horas nocturnas me vienen muy bien. Intento crear la trama según escribo. En cierto modo, me gustaría ser capaz de diseñar mi historia sabiendo hacia donde va, pero no es mi proceso. Me sumerjo en la oscuridad con mis personajes, intento entenderlos, y entonces, reescribir, reescribir, y reescribir. Es un proceso de muchos bocetos para mí, pero amo cada minuto de él".
El periódico The Economist situó a Cleveland como la ciudad con mejor nivel de vida junto con Pittsburg en 2005, justo un año después de la publicación de esta novela, más pesimista en su visión. No hay acuerdo, de hecho. Habla el autor:
"Es una ciudad con un alto nivel de crimen y pobreza. Hay mucha discusión, yo creo, sobre la idea de la ficción criminal americana es el espacio de la nueva novela social. A los escritores de negro les gusta decir eso porque hace que su trabajo suene más importante, claro, ¡y nos encanta inflar nuestros egos! Para la mayoría es un elemento escénico, y aunque partes de la realidad, te tomas libertades de ficción. Cleveland es una ciudad que ha caído en tiempos difíciles, y el crimen salta de la pobreza muchas veces. Es una ciudad violenta, apretada por la violencia, una ciudad corrupta. Es también una ciudad con gente de buen corazón e intenciones valientes. Eso quería capturar yo".
Y, claro, el profesional idealizado sometido a los tentáculos femeninos (legado, acaso misógino, del género desde que nació). Esta apuesta, ciertamente, no es novela social. "Desde Sherlock Holmes entendemos que los héroes de ficción detectivesca no son la realidad, y lo que más deseamos de ellos son sus jornadas cautivadoras de intriga. Espero haber aportado yo también eso". Koryta ha procurado continuar o reconstruir sus más amenas lecturas con un nuevo prototipo de su propia generación, y con un nombre sonoro. Como en muchos clásicos de estas "jornadas cautivadoras", el escenario del crimen es una expresión más de un culebrón puro entreverado en un puzzle con atisbos de racionalidad. Esto también continúa una tradición. Los ecos son muchos. Una tontería: las dos mejores novelas de Raymond Chandler tienen "adiós" en el título ('El largo adiós', 'Adiós muñeca' y ahora Koryta se apunta a una trilogía de adioses). Fresán ya ha podido rellenar el hueco indispensable.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/01/novelanegra/1296548653.html
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