El nivel del lago Kleifarvatn ha ido bajando lentamente después de un terremoto. Al parecer, unas fisuras en el fondo están propiciando el drenaje de las aguas. Un hidrólogo local está estudiando el curioso fenómeno cuando descubre un esqueleto con un agujero en el cráneo y un viejo aparato de radio, con inscripciones en ruso, usado a modo de lastre para que el cadáver no subiera a la superficie. Todo apunta a un asesinato cometido hace bastantes años.
El inspector Erlendur Sveinsson se ocupa de la investigación. Los archivos de personas desaparecidas no le proporcionan datos demasiado fiables, aunque el caso de un vendedor que se esfumó sin dejar más rastro que un Ford Falcon aparcado en la estación, y al que una mujer todavía espera, despierta en él un interés especial. Otra historia, la de un grupo de jóvenes y brillantes estudiantes islandeses que partió, treinta años atrás, a la Alemania del Este controlada por la Stasi, a estudiar en la Universidad de Leipzig y formarse en la ideología comunista, va tomando forma. Erlendur tiene que volver a abrir expedientes cerrados y heridas mal cicatrizadas, hurgando en el pasado —la compleja situación política de Islandia durante la Guerra Fría— y el presente de las personas involucradas en los hechos. La vida de aquellos jóvenes idealistas que partieron a Leipzig ha dado muchas vueltas desde entonces, y el peso de los recuerdos es a veces insoportable. El inspector Erlendur es un hombre curtido por el dolor, implacable cuando se trata de descubrir la verdad, incluso cuando está oculta tras las sombras del pasado.
Con esta cuarta entrega de la serie del inspector Erlendur Sveinsson, Indridason ha escrito una novela policíaca en su estado más profundo, poético y conmovedor, a la vez que un misterio difícil de resolver y muy estimulante para el lector.
El inspector Erlendur Sveinsson se ocupa de la investigación. Los archivos de personas desaparecidas no le proporcionan datos demasiado fiables, aunque el caso de un vendedor que se esfumó sin dejar más rastro que un Ford Falcon aparcado en la estación, y al que una mujer todavía espera, despierta en él un interés especial. Otra historia, la de un grupo de jóvenes y brillantes estudiantes islandeses que partió, treinta años atrás, a la Alemania del Este controlada por la Stasi, a estudiar en la Universidad de Leipzig y formarse en la ideología comunista, va tomando forma. Erlendur tiene que volver a abrir expedientes cerrados y heridas mal cicatrizadas, hurgando en el pasado —la compleja situación política de Islandia durante la Guerra Fría— y el presente de las personas involucradas en los hechos. La vida de aquellos jóvenes idealistas que partieron a Leipzig ha dado muchas vueltas desde entonces, y el peso de los recuerdos es a veces insoportable. El inspector Erlendur es un hombre curtido por el dolor, implacable cuando se trata de descubrir la verdad, incluso cuando está oculta tras las sombras del pasado.
Con esta cuarta entrega de la serie del inspector Erlendur Sveinsson, Indridason ha escrito una novela policíaca en su estado más profundo, poético y conmovedor, a la vez que un misterio difícil de resolver y muy estimulante para el lector.
El hombre del lago
Arnaldur Indridason
RBA Serie Negra 2010
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