El escritor británico construyó un personaje singular e impulsó un género literario fundamental para el cine
Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Viernes 01 de enero de 2010
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Viernes 01 de enero de 2010
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En torno a Sir Arthur Conan Doyle, el escritor británico que en 1887 dio vida al mítico detective Sherlock Holmes, se teje el misterio. El médico y escritor nunca puso en boca de su personaje: “Elemental, mi querido Watson” y sin embargo se lo recuerda por esa cita apócrifa. Él tan sólo fue un médico que mientras esperaba a su clientela creó 68 relatos que sentaron las bases de la novela policial.
Aunque escribió varias ficciones históricas de notable manufactura, como Micah Clarke, La compañía blanca, Rodney Stone y Sir Nigel y la obra de teatro Historia de Waterloo, a Conan Doyle sólo se lo recuerda como el padre de Sherlock Holmes, ese detective sagaz que utilizaba la lógica de la reflexión y se hacía acompañar por el doctor Watson, que es el narrador de sus relatos.
Sir Arthur Conan Doyle (Edimburgo, 22 de mayo de 1859), el narrador que es definido por el mexicano José Agustín como “el creador de un detective de campeonato mundial”, cursó estudios en Stonyhurts antes de ingresar en la Universidad de Edimburgo. En 1882, instaló una clínica en Portsmouth donde comenzó a darle rienda suelta a su imaginación. Allí escribió Estudio en escarlata, primer relato en el que aparece su Sherlock Holmes, que -dicen- se basa en su maestro de la universidad Joseph Bell, quien tenía gran habilidad para el razonamiento deductivo.
El creador del mito literario del detective que hacía uso de la observación, la investigación y la deducción para resolver los casos más difíciles, es considerado un escritor de gran valor para la literatura en general, pero en especial de la literatura policial.
De colega a colega
Paco Ignacio Taibo II, creador de la saga literaria mexicana protagonizada por el detective Belascoarán Shayne, asegura que “Doyle en su momento encontró algunas de las claves narrativas más interesantes de la literatura de acción: que era este particular y sui generis personaje que basaba su relación con el crimen en la lógica de la reflexión”.
El autor de Días de combate y La cosa fácil, destaca que al delinear a Holmes, Sir Arthur creó un paradigma que es: “frente al hecho criminal, la investigación”, que es al mismo tiempo el gancho narrativo: el cómo, el por qué y el quién. “Conan Doyle establece las preguntas clave que uno tiene que responder en la novela policíaca, aunque no quiera”.
Contrario a lo que señalan muchos críticos y seguidores de Conan Doyle, quienes lo celebran por ser el escritor que creó el género policial, Paco Ignacio Taibo II dice que Sir Arthur no es el creador de un género, pues su obra es posterior a Los crímenes de la calle Morgue y a dos obras más de Edgar Allan Poe y es posterior a otros escritores franceses del siglo XIX; pero hay algo muy valioso en la propuesta de Conan Doyle, según Taibo: le dio al género policial un nivel de popularidad universal inmensa.
“La manera como trabajó Sir Arthur Conan Doyle lo convirtió en un personaje universal; hoy, el apellido Holmes se vuelve un apellido definitorio; se dice: ‘se hizo una investigación holmesiana’. Por ejemplo, lo que hace el gobierno mexicano contra los narcos no es holmesiano, no usan la inteligencia; la persecución que los Estados Unidos ha hecho contra Bin Laden no es holmesiana. O sea, Conan Doyle logró algo que pocas veces en la literatura se logra, convirtió el apellido de su personaje principal y mítico, en un adjetivo universal”, afirma Paco Ignacio Taibo II.
Capacidad de deducción
El escritor José Agustín asegura que Conan Doyle es un personaje muy especial al igual que Sherlock Holmes: “son personajes que se salen totalmente de los parámetros habituales”.
José Agustín celebra en Holmes la capacidad de deducción “que es una cosa absolutamente fuera de lo normal”, que era un gran observador y un gran atleta “corrobora todas sus capacidades deductivas” y lo define como un “hombre de una cultura notable que trata de estar al día de todo lo que ocurre, sabe quién es cada una de las personas que están siendo célebres en Inglaterra y en el resto de Europa” y sobre todo celebra su uso de la psicología del talentoso. Paco Ignacio Taibo II es más reservado:
Ante las opiniones de que Conan Doyle fue un adelantado de su tiempo por desarrollar lo que hoy llaman “la psicología del talentoso”, Taibo II dice: “No le añadamos más mitos de los que merece, ni le demos más gloria de la grande que ya tiene Sir Arthur. No son malas sus novelas históricas, lo que pasa es que fracasaron; o sea, había sido tanto el éxito de su Holmes que los lectores no lo querían cuando hacía novelas históricas”.
Paco Ignacio señala que Sherlock Holmes tiene una gran debilidad, “es un investigador como su propio autor que se queda en el nivel asocial del crimen; o sea, las generaciones que empezarían con Dashiell Hammett y Raymond Chandler en Estados Unidos se hicieron la pregunta que Conan Doyle nunca se hizo: ¿en qué sociedad se está cometiendo el crimen?”.
La mente del detective
El doctor Jesús Ramírez Bermúdez, jefe de neurosiquiatría del Instituto Nacional de Neurología, afirma que uno de los talentos principales de un investigador como Sherlock Holmes es que tiene que entrar en un estado de percepción libre de prejuicios donde trata de poner su atención de manera explícita en los datos que le ofrecen los sentidos; pero esa es sólo la primera etapa del proceso de investigación; la segunda, es la intuición y la tercera, la deducción.
“Holmes entra en estados de concentración prolongados en los que suspende por un momento la emoción y el pensamiento verbal para estar atento. Pero además de la observación está la intuición, la corazonada que es como una suma de datos súbita que es inconsciente. Sherlock Holmes no parecía ser tan intuitivo aunque en ocasiones tienen corazonadas; en general tiene un estricto pensamiento lógico”, dice Ramírez.
El médico, investigador y escritor destaca que Sherlock Holmes es un personaje paradigmático. “En primer lugar es un empirista porque sólo recoge los datos que le ofrecen los sentidos; y es también un racionalista pues procede con un método lógico deductivo”.
El mito impulsado por el cine
El cine le dio a Sherlock Holmes una importancia central; la novela policial se convirtió a su vez en una fuente muy recreada e incluso plagiada por la cinematografía. Lo saben bien José Agustín y Paco Ignacio Taibo II, quien asegura que su entrada al cine es la segunda gran vertiente que ha convertido al detective de Conan Doyle en un mito.
“No sería Sherlock Holmes el mismo referente en el imaginario de todo el mundo sino fuera por (el actor) Basil Rathbone, quien construyó el Sherlock cinematográfico más potente que se haya conocido. A la actual película (N.d.R.: que se estrena hoy) le va a costar mucho combatir a Rathbone; todos los intentos que ha habido en el cine con una cierta solidez, no han podido con él; sigo viendo películas y series de Sherlock Holmes y sigo diciendo: ‘bueno, se parece a Basil, pero no, ¡ese sí era Holmes!’”.
¿Herederos de Doyle?
“Sherlock y Conan son los grandes impulsores del género detectivesco-policíaco, aunque tenía los precedentes de Allan Poe y de algunas otras personas, fue a partir de ellos que se desarrolla la fiebre total, surgen grandes detectives de distintas características. Los europeos suelen ser más deductivos, se manejan más a través de la cultura y lo gringos son más de acción, le dieron una importancia medular a la novela policíaca y la convirtieron en la novela negra, son libros sensacionales los de Hammett y Chandler”, dice José Agustín.
Muerto Arthur Conan Doyle, el 7 de julio de 1930 en Crowborough, Sussex, muchos escritores siguieron su ejemplo. José Agustín dice que en realidad son sus herederos todos los que escriben género policial y lo hacen bien, pues “él establece cómo se deben llevar a cabo los principios de investigación, de deducción y de resolución de grandes misterios que a veces son crímenes”. Dice que en México le deben mucho Paco Ignacio Taibo II y Enrique Serna, entre otros.
Paco Ignacio Taibo II afirma, en cambio, que “siento una deuda profunda como lector, no como escritor” y dice que Belascuarán y Holmes no comparten nada “yo soy de la tercera escuela, ni Conan Doyle ni George Simenon, sino de la escuela Hammett-Chandler”.
Y va más allá, reconoce que los herederos de Sir Arthur “son muy pobres”; pues su heredera más famosa sería Aghata Christie “pero es muy mediocre como narrativa” y en el sueco Henning Mankell “está el cotidianismo, las novelas de Wallander son de otra escuela, son hijas de Simenon, el otro grande”.
Si Paco Ignacio Taibo II ejerce la novela policial y se declara un gran lector de Conan Doyle, José Agustín lo ha leído muy bien y ha escrito un ensayo en el libro Vuelo sobre las profundidades, donde revisa toda su obra, que está publicada por varias editoriales entre ellas Porrúa, Fontamara, Valdemar, Cátedra y Alianza que tiene una edición en pasta dura de casi 900 páginas que se llama Todo Sherlock Holmes.
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