29 enero 2010

El colombiano Giraldo baja a las cloacas del narcotráfico en su nueva novela




Pedro Alonso


Madrid, 28 ene (EFE).- Tras el éxito de su primera novela negra, "Saide" (1995), el colombiano Octavio Escobar Giraldo vuelve a bajar a las cloacas del mundo del narcotráfico en un nuevo libro que, según comentó a Efe, es "uno de los posibles espejos" de su país.
En "Destinos intermedios", Giraldo, uno de los escritores más innovadores del actual panorama literario de Colombia, hace desfilar a sicarios, un contador de chistes machistas, prostitutas, burócratas, senadores y -cómo no- cadáveres cosidos a balazos.

Médico y profesor de Literatura en la Universidad de Caldas, en pleno eje cafetero colombiano, el escritor propone una trepidante historia enmarcada en Aguasblancas, población ribereña de su país que ya presentó en "Saide", traducida al italiano y el alemán.

Con esa primera novela, galardonada con el Premio Crónica Negra Colombiana, Giraldo (Manizales, 1962) se dio a conocer en 2007 en España, donde fue publicada por Editorial Periférica y aclamada por la crítica.

En su nueva obra, el autor retoma la temática de "Saide", o sea, "ese mundo de tierra caliente colombiana de los años ochenta y noventa, donde se desarrollaron buena parte de los conflictos que tienen que ver con narcotráfico, violencia política, corrupción...".

Además, el título del libro, que fue presentado hoy en Madrid y la próxima semana llegará a las librerías españolas de la mano también de Editorial Periférica, no es baladí, pues condensa la suerte de muchos colombianos en la vida.

"En un país con las circunstancias sociales y políticas que tiene Colombia, muchas personas tienen sueños y deseos y, realmente, lo que consiguen casi siempre son destinos intermedios. Nunca llegan a cumplir todas sus metas", explicó Giraldo en una entrevista a Efe.

Lejos de glorificar a los criminales que pululan por la novela, para quienes "no hay enemigo pequeño", el profesor de Caldas hace "un énfasis muy grande en cómo esa criminalidad afecta a las personas comunes y corrientes".

"A mí -subrayó- no me interesa convertir al criminal en un héroe. Me interesa mostrar cómo las personas de todos los días son afectadas por esa violencia y terminan tomando decisiones a partir de su conocimiento de ella".

Con una prosa ágil y limpia influida por el lenguaje audiovisual ("soy un cinéfilo total", confiesa Giraldo), el autor borda una novela negra tejida con los hielos de la violencia, el narcotráfico y la marginación, en un universo en el que a los personajes "la inseguridad importa poco" si portan un revólver "38 corto".

Preguntado si el problema del narcotráfico, que tanto ha azotado a Colombia, tiene remedio, Giraldo responde que "sí tiene solución", si bien requiere "una serie de reformas fundamentales".

"El narcotráfico -zanjó- sólo va a mejorar cuando el consumo sea legalizado. Mientras haya consumo va a haber narcotráfico".

Aunque cultiva con destreza el género negro, el profesor de Caldas también se caracteriza por su versatilidad literario, pues, no en vano, es autor de libros de cuentos, como "De música ligera" (1998, Premio Nacional del Ministerio de Cultura), y de novelas posmodernas, como "El último diario de Tony Flowers" (1995).

Influido por autores como Edgar Alan Poe y clásicos del "boom" hispanoamericano como Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, Giraldo cree que la literatura colombiana atraviesa un "buen momento", con "una camada de escritores que va a dar mucho de qué hablar".

"La novela colombiana -explicó- es muy diversa y eso me parece muy sano, porque se superó una época, sobre todo en los años setenta y ochenta, de estar pendientes del referente de (Gabriel) García Márquez".

"Hay vida y hasta éxito literario después de García Márquez", subrayó el novelista, quien admite no ser un "gran lector" de su famoso compatriota.

Con vistas al futuro, Octavio Escobar Giraldo ultima ya "una novela policiaca un poco anómala que tenía guardada en el cajón".

Y conserva en su mesa un proyecto sobre la realidad de Colombia previa al Gobierno de Álvaro Uribe, "con ese clima de desesperanza, de temor con respecto a la guerrilla que se generó cuando el Gobierno de Andrés Pastrana estuvo en los diálogos de paz".



1 comentario:

Jose Ignacio Escribano dijo...

Parece muy interesante esta novela y siempre es agradable conocer a nuevos autores. Lo tendré en cuenta.