07 febrero 2007

El Discurso del “Comisario” Paco Camarasa



En el año 2000, antes de aquel largo verano, a las mesas de novedades para adultos de las librerías llegaba un libro de un autor desconocido : Henning Mankell.

La portada seductora y sugerente de La quinta mujer, como todas las de la colección Andanzas compartía el peleado espacio de las mesas de novedades con El viajero del día de Todos los Santos, de Georges Simenon, de la misma editorial y colección. Buena compañía la del canalla y excelente autor belga para su entrada en librerías.


Desde entonces se puso en marcha algo que ningún ejecutivo de marketing, o charlatán de las nuevas tendencias podrá sustituiro crear. El boca a oreja, la recomendación entusiasta de los lectores y lectoras, que desean compartir con amigos y conocidos el placer y la sorpresa que la lectura de Las 488 páginas de La quinta mujer les producían.

El suspense de una gran historia iba unido al gozo de una buena escritura .El dominio del tiempo narrativo hacía que fuéramos uno mas del equipo investigador .

A medida que leíamos constatábamos que lo importante no era saber quién , sino el cómo se iba desentrañando el misterio.

Y el frío.

Era verano pero cuando leíamos La quinta mujer nuestra piel sentía la oscuridad, la humedad, la lluvia el fango y el frio de Escania.Un tiempo después Stefan Lindman nos explicaba:” Asi es Suecia. Árboles,viento, frío, gravilla y musgo”. Y entendimos perfectamente qué geografía englobaban esas pocas palabras.

Comenzamos a conocer a Kurt Wallander, a instalarlo en nuestro imaginario individual y colectivo. No conocíamos mucho de la narrativa negrocriminal sueca. Algunos nos acordábamos de haber leído las novelas protagonizadas por Martin Beck, el policía creado por Maj Sjöwall y Per Wahlöö. Pero lo habíamos leído mal. Mal editado, sin orden ni concierto, mal traducido en algunas ocasiones, con múltiples erratas. Castigado por una industria editorial como la española donde la lógica y el sentido común es la excepción y no la norma. Rápidamente nos traducirían otras novelas protagonizadas por Wallander. Al principio con un cierto desorden, el padre estaba muerto en unas, y en las siguientes que leíamos, vivía; pero afortunadamente Tusquets comenzó a traducirlas en el orden en el que fueron escritas. comenzó a crecer la legión de los y las que esperábamos la próxima novela de Kurt Wallander.

Novelas en las que hay la mezcla justa y en las debidas proporciones: un poco de suspense, una parte de psicología y de análisis de emociones de los distintos personajes, otra parte de cotidianeidad del protagonista, y una parte de crítica y denuncia social. Wallander se enfrenta a la crudeza de la sinrazón y la violencia, con la humanidad y la calidez de sus contradicciones y deseos. Es un hombre justo, decente y un policía honesto. Es un solitario en su vida privada, pero al que le gusta trabajar en equipo. Mankell se nos revelaba, novela a novela, como un excelente narrador, pero también se incardinaba en la tradición de los grandes escritores capaces de explicarnos las motivaciones que trasforman a un hombre en un asesino. La sociedad despersonalizada, autista, masificada, insolidaria es muchas veces la responsable de que estos seres marginados y marginales decidan decir basta y tomarse la justicia por su cuenta.

Un novelista capaz de hacernos sentir la soledad del hombre contemporáneo, rodeado de incitaciones al consumo que nos llevara a la felicidad mientras camina por ciudades ruidosas llenas de desconocidos.

Pero también aprovechará la trama de sus novelas para denunciar la xenofobia, el racismo, las desigualdades sociales, el fanatismo religioso, la incapacidad de los seres humanos para expresar sus emociones, para mirarnos, para pensarnos como miembros de una inmensa humanidad seamos europeos del Sur, del Norte,sudamericanos o africanos.

Y como novelista se impone y nos propone un reto. En más de una novela sabemos desde el inicio de la historia, los hechos más importantes. Pero asistiremos entusiasmados a las razones por las que los personajes no resuelven la situación tan rápidamente.

Pero queremos agradecer a Henning Mankell dos personajes, dos grandes personajes más: Joel, el protagonista de sus novelas juveniles, y Nelio, ese niño de once años que agoniza en una terraza que podría ser cualquier ciudad africana, y que nos habla de cómo se vive, como se sueña en África y no sólo de cómo se muere.

Permítame señor Mankell un agradecimiento personal. Regalar las novelas protagonizadas por Joel, a un sobrino, me permitió, después de que las leyera, ascender de categoría. Pasé de ser un simple tío a ser el tío preferido.

Nos gusta mucho que Kurt Wallander y usted reciban el Premio Pepe Carvalho. Para nosotros, y los hombres y mujeres de buena voluntad, que no aceptan este mundo globalizado e injusto, tanto Pepe Carvalho como Manuel Vázquez Montalban son algo muy querido y que forman parte de nuestros sueños y de nuestra memoria.

Kurt Wallander y Pepe Carvalho, son dos personajes llenos de vida y que nunca nos defraudan. Comparten una cierta melancolía y una resistencia, algunos le llamaríamos tozudez, a dejarse derrotar por la adversidad, en una época donde el desarraigo y la confusión no les impide batallar por la dignidad y por la justicia. Son combativos aunque saben que no vayan a ganar. Henning Mankell y Manuel Vázquez Montalbán utilizan a Kurt Wallander y a Pepe Carvalho y a la novela negrocriminal para examinar la sociedad, los tiempos y el mundo que les ha tocado vivir. Si Vázquez Montalbán denunciaba en La soledad del manager el apoyo financiero que las multinacionales daban a los grupos de extrema derecha en nuestro pais, la última novela de Mankell traducida El cerebro de Kennedy es un airado ¡ basta ya! a la explotacion de Africa y sus habitantes como conejos de indias de las, dicen que civilizadas, compañías farmacéuticas. Vázquez Montalbán estaba presente, personal y economicamente, en cualquier proyecto que incidiera sobre la realidad, desde la revista Gimlet hasta la versión en castellano de Le Monde Diplomatique .Mankell es socio de una de las editoriales más interesantes y sugerentes de Suecia: Leopard, dedicada a publicar a autores africanos y de los paises árabes. Autores que tendrían dificultades en ser publicados si sólo el mercado tuviera la última palabra.

Henning Mankell, Manuel Vázquez Montalbán, Francisco González Ledesma, el anterior Premio Pepe Carvalho, comparten su estupor ante un mundo donde cada día hay más preguntas y tenemos menos respuestas. Los tres están de acuerdo en que un libro no cambia el mundo pero la novela, sea negra, roja o incolora, debe plantear preguntas y ofrecer nuevas perspectivas.

Kurt Wallander, Pepe Carvalho y Ricardo Méndez, son unos auténticos analfabetos informáticos, pero los tres tienen esa capacidad extraña y cada vez más escasa de saber mirar a los ojos, de escuchar a las personas, de ir más allá de lo que la rutina y los poderosos les dicen que es la realidad.

Señor Mankell queremos recordar unas palabras de usted en una entrevista:” Una novela es un paisaje donde hace falta una carretera. Y la labor del novelista consiste en construir ese camino”. Pero como lectores nos encontramos en más de una ocasión que el camino es muy aburrido. Queremos agradecerle que el camino que usted nos propone sea ameno, interesante, apasionante en ocasiones, y que nos obligue a detenernos unos momentos para compartir interrogantes, inquietudes y angustias.

Y cuente con nosotros, con muchos de sus lectores y lectoras cuando afirma:” Yo construiría un puente entre África y Gibraltar .No podemos parar el flujo. Europa siempre ha recibido a gente de otras partes del mundo y los europeos han poblado toda América. Parece que se nos ha olvidado”. Nuestra opinión es que Pepe Carvalho y su creador, también estarían de acuerdo.

Pero muchos lectores y lectoras nos han pedido que aprovechemos este acto para trasmitirle una petición. Ahora que Linda Wallander está a cargo de las investigaciones, permita que su padre, Kurt, se quede un tiempo en Barcelona.

Pepe Carvalho se ocupará de él. Le llevará a La Boquería, para que le hagan hamburguesas con ternera gallega; le hará descubrir la escudella i carn d´olla o el caldo gallego, tendrán mesa reservada en Casa Leopoldo, le presentará a alguna amiga de Charo que quizá consiga hacerle olvidar a Mona. Le dejará seguir bebiendo whisky pero de forma menos compulsiva. Y tomará el sol en Vallvidrera.

Los lectores y lectoras nos piden que le transmitamos que permita que Wallander deje a un lado su ética protestante del trabajo para impregnarse algo, del convencimiento mediterráneo, de la moral judeocristiana, que considera que el trabajo es un castigo divino. Señor Mankell, hemos leído unas palabras suyas :”Una sociedad justa se construye, en un largo plazo, sobre la solidaridad .Y el socialismo es un movimiento basado en la solidaridad”. Gracias por decirlas. Pero sobre todo gracias por haberlas llevado a sus libros. Es un placer leerle, aunque al cerrar cada uno de sus libros, sentimos un mayor desasosiego. Gracias por ese desasosiego que nos interroga y nos saca de la comodidad y la rutina.

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