Quien siga buscando un mundo mejor, en las líneas de este libro no lo va encontrar.
El narrador describe las calles, peligrosas. Son una pura tragedia. Utiliza un personaje abatido, hundido y defenestrado por la vida. Un riesgo de mucho calibre.
El vacío representa el eje principal de la novela. Te lo recuerda durante todas las páginas, en un bucle terminal.
Si has seguido la trayectoria del murciano, y más en concreto la trilogía de Alicante, verás en este trabajo el esplendor máximo de su obra.
Claudio es así de K., hace que los padres nos pongamos alerta.
Ahora cuando mi hija sale a pasear al perro, la sigo con la mirada con una "pistola" en mis manos, mirando desde la ventana.
Una obra de inocencia destruida, de pesadillas.
¡Qué atrevida es la ignorancia!
Claudio estés en el lugar dónde te encuentres, te seguiré.
Roberto Cusac, expolicia reciclado a detective, alcoholizado y solitario, vive obsesionado por un caso que destrozó su carrera, su matrimonio y su alma: la desaparición de su hijo de 6 años, Jaime, al que nunca encontró. Ha repasado mil veces las pistas y siempre le llevan a ninguna parte. Cuando le encargan que busque a una chica desaparecida, sus heridas parecen reabrirse, pero un halo de esperanza y la sensación difusa de que el destino le brinda una segunda oportunidad avivan de nuevo su instinto para jugar una última partida a doble o nada… Con ese lenguaje directo que acaricia la soledad de sus protagonistas y desnuda sus almas, Claudio Cerdán nos ofrece una historia reflexiva sobre el abandono y la pérdida, una novela policiaca que ahonda sin miedo en el dolor y la imposibilidad del olvido.
Podéis pasar de mis explicaciones, yo lo haría.
A Claudio lo conocí por redes en su primera novela, y él me lo recordó. No me podía imaginar que aquel libro "El País de los ciegos" lo iba a encumbrar. Mi primera sensación al leerlo fue: "Este tío no me engaña, no es su primera novela"; y efectivamente me enteré de todos sus trabajos realizados como si fuese un detective de segunda. Resultado: "Premio Novelpol".
Me llega su segunda trabajo y coincido en BCNegra con él. Mi idea es decirle tío se te ha ido la puñetera cabeza. Pero lo veo sonreír en el "Boadas", tiene un as en la manga.
Le envió un mail a David G. Panadero, responsable de la edición negra de Off Versatil respecto a la novela de Claudio y mi pregunta es directa: ¿En qué has participado?. Él me contesta que en nada. (Aparte del prólogo).
Así, que me encuentro con otro caso nuevo de escritor que se supera. Y entonces, surge el problema: ¿de qué hablo yo?.
Por José Andrés Espelt
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