08 junio 2009

Philip Kerr: "Me interesa lo apuntado en el margen, no las grandes historias"



El escritor Philip Kerr, creador del detective alemán Bernie Gunther, asegura que huye "de las grandes historias" y centra su atención "en lo que queda apuntado en el margen" de la hoja, metáfora que resume su obsesión por contar una historia cien veces repetida desde una perspectiva "menos conocida".
Kerr, nacido hace 54 años en Edimburgo (Escocia), lleva 20 dedicándose en exclusiva al oficio de escribir, donde ha destacado especialmente en el género de la novela negra, pese a que también ha hecho incursiones en la literatura infantil.
Con el detective Gunther Kerr ha encontrado su particular "gallina de los huevos de oro", gracias al cual se ha colado entre las listas de libros más vendidos con su última novela "Una llama misteriosa" (Serie Negra, RBA).
Éste es el quinto título que protagoniza Gunther, un ex policía alemán de éxito que trabajaba en Berlín y que se convierte en detective después de que la ascensión de los nazis al poder le obligara a abandonar el Cuerpo y posteriormente a combatir en la Segunda Guerra Mundial.
Un hombre "ambiguo" y "ordinario", como lo define Kerr en una entrevista concedida a Efe en su domicilio de Londres, sobre el que pesa un gran sentimiento de culpa por lo ocurrido en su país durante el período nazi, pero que en el fondo "intenta hacer las cosas bien" aunque no siempre le sea posible.
El escritor escocés reconoce haber llegado a la novela negra de casualidad, ya que su intención original era escribir sobre el período vivido en Alemania antes de la llegada de Hitler.
"Estuve leyendo mucho y vi pocas cosas publicadas sobre los alemanes ordinarios, de la calle. Es difícil saber cómo se vivía en el Berlín de antes de la guerra", lamenta Kerr, quien recuerda en su obra la elevada presencia de prostitutas en la ciudad a principios de los años 30, en la que además era muy frecuente la presencia homosexual.
La característica más destacada de su obra es el uso de personajes y datos reales para sostener el argumento, y que en el caso de "Una llama misteriosa" sirve para juntar en un mismo escenario a Juan Domingo Perón, su mujer Eva, y algunos nazis fugados como el general Hans Kammler, Josef Mengele y Otto Skorzeny.
La historia transcurre en la Argentina de 1950 y se basa en la obra "La auténtica Odessa: la fuga nazi a la Argentina de Perón", del historiador Uki Goñi, y en ella se acusa de abuso de menores al dictador argentino, entre otras denuncias polémicas.
La elección de Perón se debió al interés del autor en enfrentar a Gunther "con otro dictador", además de considerarlo "una figura glamurosa, carismática e interesante".
"Cuando escribes una novela negra es muy útil tener a alguien real para ejercer de villano", resalta Kerr.
El escritor británico ya tiene lista la próxima aventura de Gunther, que transcurrirá en La Habana de 1954 y saldrá a la venta a finales de año en el Reino Unido, aunque ya está escribiendo otro libro con este mismo protagonista.
Kerr niega que haya posibilidad alguna de que el detective alemán se convierta en su particular Hércules Poirot, ya que no quiere caer "en la repetición".
"Aunque es difícil predecir cuando acabaré", admite el escocés, quien recuperó a este personaje después de 15 años de ausencia debido a que los propios lectores se lo reclamaban.
"Hay dos tipos de escritores: Los que quieren contar historias y los que sólo quieren escribir. Yo soy de los primeros", señaló Kerr, jurista de formación por empeño de su padre.
El británico recuerda que desde que tenía diez años tenía clara su vocación de escritor, debido principalmente "a que te permite escapar de todo".
"No quería huir de nadie ni nada en especial... pero sí escapar por ejemplo de la religión. Mis padres eran muy religiosos", dice.
De un estilo similar al del novelista John Le Carré e influenciado por gente como Charles Dickens o Martin Amis, Kerr se ha aventurado también en la literatura infantil, una idea que le surgió tras ver cómo sus hijos pasaban buena parte del día enganchados a los videojuegos.
Entre las costumbres de Kerr destaca el uso de papel y bolígrafo en la primera versión de sus novelas además de la presencia de dos ordenadores en su oficina, uno de ellos sin conexión a Internet para evitar que los virus afecten a sus escritos.

Óscar Tomasi
EFE
Foto: Negra y Criminal


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