Helene Tursten, afortunadamente para ella, no es Henning Mankell. Es sueca como el susodicho autor, pero su estilo narrativo por mucho que se quiera reflejar la simetría en la contraportada, es bien distinto.
Cuando uno lee a esta autora, se le hace muy difícil no caer en el estúpido abismo de la comparación. Los nombres imposibles de memorizar y el paisaje te conducen inevitablemente a ello, apenas transcurren unos pocos capítulos te das cuenta del ritmo endiablado que va adquiriendo la trama, con giros que a veces rozan el escorzo, pero que van dotando de solidez una historia de personajes que van fortaleciéndose a la par que el relato avanza.
La protagonista es la inspectora Irene Huss, personaje sólido y completo donde los haya, que no cultiva la retórica cínica ni la amargura constante en su vida como armas de defensa frente a la hostilidad de un mundo aparentemente perfecto y más en este caso, puesto que se ve envuelta en la investigación del asesinato de Kjell Bengtsson Ceder, el rey de los restaurantes de Gotemburgo.
La historia podría ser bien sencilla si la trama se quedara ahí, pero evidentemente Tursten exprime al máximo su pericia narrativa para irnos destapando poco a poco una serie de cadáveres y desapariciones que vienen a redescubrirnos uno de los fundamentos de la novela negra; debajo de los felpudos de estas vidas de lujo y ostentación, siempre existen cúmulos de pelusa y restos de basura que apestan tanto como para conducir a un buen sabueso tras un preciado botín.
Dentro de un tiempo, cuando los derechos televisivos de esta serie de novelas recientemente adquiridos se lleven a la práctica, mas de uno lamentará haber dejado pasar la ocasión de leer a esta interesantísima autora y apresuradamente se dirigirá desesperado por su afán actualizador hacia alguna de esas librerías especializadas, en busca del ejemplar que nunca compró, lamentando haber desoído en su momento el consejo de aquel sabio librero del oasis negro
SOSPECHA
Helene Tursten
NAUSICA 2007
Cuando uno lee a esta autora, se le hace muy difícil no caer en el estúpido abismo de la comparación. Los nombres imposibles de memorizar y el paisaje te conducen inevitablemente a ello, apenas transcurren unos pocos capítulos te das cuenta del ritmo endiablado que va adquiriendo la trama, con giros que a veces rozan el escorzo, pero que van dotando de solidez una historia de personajes que van fortaleciéndose a la par que el relato avanza.
La protagonista es la inspectora Irene Huss, personaje sólido y completo donde los haya, que no cultiva la retórica cínica ni la amargura constante en su vida como armas de defensa frente a la hostilidad de un mundo aparentemente perfecto y más en este caso, puesto que se ve envuelta en la investigación del asesinato de Kjell Bengtsson Ceder, el rey de los restaurantes de Gotemburgo.
La historia podría ser bien sencilla si la trama se quedara ahí, pero evidentemente Tursten exprime al máximo su pericia narrativa para irnos destapando poco a poco una serie de cadáveres y desapariciones que vienen a redescubrirnos uno de los fundamentos de la novela negra; debajo de los felpudos de estas vidas de lujo y ostentación, siempre existen cúmulos de pelusa y restos de basura que apestan tanto como para conducir a un buen sabueso tras un preciado botín.
Dentro de un tiempo, cuando los derechos televisivos de esta serie de novelas recientemente adquiridos se lleven a la práctica, mas de uno lamentará haber dejado pasar la ocasión de leer a esta interesantísima autora y apresuradamente se dirigirá desesperado por su afán actualizador hacia alguna de esas librerías especializadas, en busca del ejemplar que nunca compró, lamentando haber desoído en su momento el consejo de aquel sabio librero del oasis negro
SOSPECHA
Helene Tursten
NAUSICA 2007
Por José Ramón Gómez
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