20 julio 2010

La 'Andalucía Connection' asalta Gijón


La edición número 23 de la Semana Negra de Gijón ha reunido a una pléyade de autores andaluces adscritos a la literatura de género más variada y popular

Miedo dan. Cuando se juntan, los andaluces pueden provocar el pánico en Gijón. Y eso que el marco, la Semana Negra, no es propicio para gente timorata o asustadiza, precisamente. Pero en la edición del 2010 han sido tantos y tan distintos los autores andaluces congregados en el festival cultural más populoso de Europa que, sin duda, no han pasado inadvertidos.
El gaditano Rafa Marín, asiduo a la cita gijonesa y auténtico patriarca de los sureños, presentó en loor de multitudes su inquietante colección de relatos 'Piel de fantasma', un libro cuya impactante portada ya sería susceptible de provocar pesadillas al incauto lector que osara dejarla sobre la mesilla de noche. Un Rafael Marín muy activo y beligerante que asume que, de haberse llamado Ralph Martin y haber vivido en los EE UU , ahora mismo sería multimillonario, pero que prefiere seguir viviendo y trabajando en la 'Cadi' de sus amores, por mucho que, cuando escribe una novela escrita en el gaditano original que se habla en la bahía, los editores no se la publican por miedo a que no sea entendida por los lectores de fuera.


La pregunta sería, por tanto, ¿se puede escribir novela de género en Andalucía? La sevillana de adopción Nerea Riesco está convencida de que sí. De hecho, en su último título, 'El elefante de marfil', una de las grandes apuestas de Random House Mondadori para su sello de novela histórica, Nerea cuenta la Andalucía del siglo XVIII, llena de cantaores, bailaoras, bandidos y echadoras de cartas, pero sin caer en el topicazo. O, mejor dicho, contextualizando los tópicos para ponerlos al servicio de una poderosa historia en la que una imprenta, una mujer y un implacable juego de ajedrez adquieren todo el protagonismo. Porque, como sostiene Nerea, la buena novela histórica no debe contar la Historia, que para eso están los libros de texto. Lo que debe contar son buenas y atractivas historias enclavadas en algún momento preciso (o impreciso) de la Historia más o menos remota.


Esparta por dentro


Teo Palacios, por su parte, nos traslada a Esparta en su deslumbrante debut literario, 'Hijos de Heracles'. A estas alturas, cuando escuchamos hablar de Esparta, la imaginación se nos marcha, indefectiblemente, a las Termópilas y a los 300 de Leónidas. Y, lo que hace Teo en su novela es contar quiénes eran esos espartanos que consiguieron parar la invasión de los persas y, posiblemente, salvar aquella Grecia clásica de la que somos herederos, en buena parte. Qué comían, dónde dormían, cómo era su educación o qué pruebas debían superar para hacerse adultos y convertirse en esos terribles guerreros que escribieron una de las páginas más singulares de la historia de la humanidad.


El periodista Javier Márquez también es capaz de transportar a sus lectores muy lejos de su Sevilla natal. En 'La fiesta de Orfeo' nos lleva hasta las Islas Británicas, en una narración de estilo victoriano, con ecos y resonancias a Sherlock Holmes, para contar una historia policíaca y de terror en la que una película maldita adquiere todo el protagonismo. Y, aunque después volveremos a la ciudad del Guadalquivir, tenemos que visitar la Córdoba de 'Benegas', de Francisco José Jurado, que ha escrito una novela canóniga de género negro en la que los policías son tipos normales y corrientes, que toman cañas en los bares y para los que freír bien las croquetas es un talento de lo más reivindicable. Un Benegas que tiene que resolver casos diferentes, en la Universidad, en el mundillo literario y en otras altas instancias de una ciudad de provincias en las que el poder se repartía entre un ayuntamiento muy de izquierdas y una caja de ahorros gobernada por la Iglesia, con las contradicciones que todo ello conlleva.


Representación granadina


El granadino José Manuel Fajardo, por su parte, tras haber residido en París, se ha afincado en Lisboa y, después cinco años de exigente trabajo, acaba de publicar una novela tan interesante como inclasificable: 'Mi nombre es Jamaica', una narración total que acaece lo mismo en Granada que en una remota aldea del Amazonas peruano, con siglos y siglos de por medio. Por su parte, el polifacético barcelonés José Luis Muñoz, afincado en Granada desde hace unos años, ha presentado en Semana Negra 'Frontera Sur', ganadora del Premio Novela Negra Ciudad de Carmona, y 'El corazón de Yacaré', Premio Seseña de Novela Romántica.
Pero volvamos a Sevilla. A una Sevilla oscura, apocalíptica y siniestra. Una Sevilla en la que no aparece la Torre del Oro y en la que no hay turistas enarbolando el plano de la ciudad, como bien la describió Paco Ignacio Taibo II, director de la Semana Negra. Y es que la Sevilla que venía contando Juan Ramón Biedma en sus anteriores libros termina de explotar en 'El humo en la botella', una novela protagonizada por un puñado de locos, psicópatas y dementes que pone en jaque al sistema y la sociedad del siglo XXI que, entre todos, hemos contribuido a crear. Una novela oscura e intensa que le ha reportado a Biedma el premio especial que, cada año, entrega PIT II. Un premio que el factótum de la Semana Negra entrega al autor cuya novela más ha disfrutado de las decenas y decenas que tuvo que leer en la preparación del evento literario gijonés.


En una tertulia nocturna sostenida en torno a los integrantes de la 'Andalucía Connection' en Semana Negra, la poetisa y periodista cultural Carmen Moreno decía que, por fin, parece eclosionar una literatura andaluza diferente a la oficial y a la institucional, despojada de la larga sombra de la poesía y el quejío.


Efectivamente, da gusto ver como en Andalucía se escribe y se publica, con éxito y repercusión, novela de género. De género negro, histórico; de ciencia ficción, terror y fantasía. Géneros populares donde los haya, que concitan el interés y el cariño de un público lector que se acerca a ellos con curiosidad y pasión.


La 'Andalucía Connection' que se ha conformado en Gijón durante la Semana Negra del 2010, rebosante de complicidad, se compromete a seguir deparando buenos ratos a quiénes consideren que la literatura debe divertir, entretener y hacer disfrutar al lector, sin que el hecho de hacerle pasar un buen rato signifique cualquier renuncia a la calidad y al rigor más exigentes.

Texto: Jesús Lens
Foto: Silvia Pérez

Fuente: http://www.ideal.es/granada/v/20100719/cultura/andalucia-connection-asalta-gijon-20100719.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

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