05 noviembre 2010

Retorna Sveinsson. Indridason firma una excelente novela de intriga y verdad histórica.


Vuelve el atormentado inspector Erlendur Sveinsson para resolver un lejano enigma. Lo hace en la nueva novela del escritor islandés Arnaldur Indridason, 'El hombre del lago'. Escribí atormentado porque su vida privada realmente lo es. Un drama mezcla de pasado trágico y presente sin muchos alicientes. Separado de su mujer y dos hijos que han pasado por el infierno de las drogas duras. Hasta aquí el guión de detectives (éste es un funcionario público) en la línea afligida y desarraigada que marcaron los grandes maestros americanos de la novela negra. Pero a mí me gustaría destacar una característica suya muy singular: su atracción por las personas desaparecidas. Tiene en su casa libros especializados en esta materia de la criminología. Los desaparecidos tienen siempre una connotación muy definida. Son como la metáfora de la sociedad urbana cuando hablamos de su cara más inclemente e insondable. El anonimato de las ciudades permite la impunidad. La gente que desaparece, esas personas que un día se marchan para comprar tabaco y nunca más se vuelve a saber nada de ellas.


No son muertos a los que se puede enterrar y deberles un pesaroso duelo. Son una terrible zozobra para sus seres queridos y a la vez una esperanza tozuda y tristísima. Pues bien, éste es uno de los resortes morales y anímicos que marcan la existencia del inspector de Indridason.


Una mañana una joven científica halla en un lago casi seco unos restos humanos. Son restos desnudos de alguien que desapareció hace muchos años. Enseguida comienza la pesquisa. El inspector se hace rápidamente con el caso. El autor trabaja siempre con dos planos temporales. El presente es el asunto que nos mantiene sujeto a la trama. El pasado, donde se nos relata los prolegómenos históricos y psicológicos que desembocarán en una tragedia, posiblemente en la desaparición que se investiga. En este pasado accedemos a una historia ambientada en la Europa de los años sesenta, la Europa de la guerra fría. Se cruzan el comunismo de hierro de los países del Este y la militancia comunista de los países occidentales. La invasión de Hungría por parte de los ejércitos del Pacto de Varsovia, el muro de Berlín, las expectativas revolucionarias en Islandia, todo ello es materia esencial de la novela. En 'El hombre del lago' se cruza la individualidad torturada de un corriente inspector de policía con los restos de una utopía deshumanizante. Indridason acierta con una excelente novela de intriga y verdad histórica.

Texto: J. Ernesto Ayala

http://www.eldiariomontanes.es/v/20101105/cultura/sotileza/retorna-sveinsson-20101105.html

No hay comentarios: