10 julio 2013

Luis García Jambrina: claridad sobre los crímenes de la España más oscura


El escritor Luis García Jambrina (Zamora, 1960) relata que su abuelo era un admirador incondicional de Margarita Landi y, al morir, dejó en una carpeta recortes de los artículos de la periodista de sucesos que marcó una época con su estilo independiente y dinámico, de mujer glamurosa que brilló en la oscura posguerra española. Era además un voraz lector de El Caso, el semanario que nació en 1952 y que narraba la España de los crímenes, cumpliendo así una función “ejemplarizante”, ya que en sus historias se hablaba del castigo a los malvados, pero también “de morbo y entretenimiento”. El novelista tiró del recuerdo familiar y de un periodo histórico en blanco y negro del que se siente hijo para escribir su tercer libro, En tierra de lobos (Ediciones B), una novela negra en la que la protagonista es Aurora Blanco, “el trasunto de Landi”, periodista que trabaja a pie de calle en Crónica de Sucesos y que se ha ganado la confianza de la policía y de los asesinos. La trama, que parte de un misterioso atropello en una carretera de Salamanca, se desarrolla en 1953, el año en que el régimen coqueteaba con aires de apertura. García Jambrina, quien es crítico de poesía y profesor de Literatura Española en la Universidad de Salamanca, ha escrito además El manuscrito de piedra y El manuscrito de nieve (ambas publicadas por Alfaguara) que define como “novelas negras de época” y que tienen como personaje principal al creador de La Celestina, Fernando de Rojas.

“En tierra de lobos está el personaje, la intriga de una serie de crímenes, pero, además, buscaba hacer el retrato de una época”, cuenta García Jambrina, que concibe su novela como una fábula en la que ha querido incorporar la tradición literaria y la mezcla de géneros. La posguerra española es un periodo histórico “lleno de sensaciones, de olor a rancio”, pero que, con todo, le fascina. Y en esa España cerrada al exterior, en la que el dictador Franco afianzaba su control por la censura y la propaganda, el autor zamorano considera que El Caso iluminaba con el ejercicio de un “periodismo vivo” esa realidad oscura que la dictadura deseaba tapar a toda costa. “Pero ahí entraba la censura y no solo había racionamiento de alimentos. También de información e incluso un cupo de sangre, un límite para los asesinatos que se podían contar”. Esto se refleja con ironía en la historia del semanario que aparece en la novela, Crónica de Sucesos, de tal forma, que En tierra de lobos también rinde un homenaje a una forma de hacer periodismo “poco reconocida hasta ahora”. El escritor justifica así los toques de humor: “No me gusta ideologizar ni decir las cosas de manera explícita, sino que los propios personajes y la trama hablen. Afortunadamente, ahora se puede tratar el franquismo o la Guerra Civil de esta forma”. García Jambrina persigue hilar el pasado en que se centra su escritura y el presente, “que la actualidad irrumpa”, porque hay ecos y repeticiones entre ambos y porque uno lleva al conocimiento del otro.

La Salamanca en que existía un límite no nombrado entre las calles hermosas y empedradas y las de lodo, en la que iglesias, conventos y palacios rodeaban un barrio Chino en años de esplendor enmarca la novela. “Me interesaba este microcosmos en que se ve el contraste brutal y una doble moral: lo espiritual convive con lo carnal, y el pecado con la santidad”. Y las mujeres tienen un enorme protagonismo en un caso en el que Aurora Blanco, la periodista que embelesa y que debe soportar el peso de la condescendencia masculina al mismo tiempo, se va involucrando cada vez más hasta ver transformada su propia visión de las zonas opacas de la dictadura. 

García Jambrina se considera un lector fiel "pero no monógamo" del género negro que ahora vive un auge, según el escritor, que la crisis ha propiciado. "En España ya hay una tradición, un panorama muy variado, desde el que se aborda la novela negra de una manera promiscua, que admite muchos registros..." El escritor ha participado en la Semana Negra de Gijón y tiene en mente que Aurora Blanco sea la protagonista de una serie de novelas que continúe el retrato del periodo franquista. Quizá vivirá más aventuras con Emilio el camillero, un personaje secundario que se convierte en el ayudante de la periodista por motivos muy distintos a los que el género estipula.

Texto: Flor Gragera de León
Fuente: www.elpais.com


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