23 noviembre 2012

Morir todavía/ Alexis Ravelo




Desde CEREMONIAS y con agrado para uno.

Si eres parte del puñado de noveleros y noveleras (dicho sea en la mejor de sus acepciones) que siguen las andanzas de Eladio Monroy, ya sabrás que llevo intentando cargarmelo desde 2006 y que no hay manera. El muy cabezudo vuelve siempre. Ahora le ha dado por reaparecer, en una última entrega cuya edición se encuentra ahora mismo en preparación y que aparecerá, impresores mediante, en octubre.
Esta cuarta novela se titula Morir despacio y arranca con el descubrimiento del fiambre de un aparente suicida. A petición del padre del finado, Monroy acepta echarle un vistazo al asunto. Y, por supuesto, cuando huele a podrido suele ser porque hay algo pudriéndose. En este caso, los cadáveres de un par de chanchullos.
Como siempre, mala leche, energúmenos que se arrastran por la ciudad y hostias como panes para intentar leer derechito en los torcidos renglones de la realidad más cercana

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